Bueno, a lo mejor es por las fechas que estoy un poco más hasta los cojones de ciertos temas, pero si los cuento, no son pocos…

Que cuento qué? Ah, sí… No sé qué clase de trauma tiene el director, Denis Villeneuve, o el guionista, Aaron Guzikowski, pero cada 2×3 hay una referencia religiosa, bíblica, una canción en la radio (la primera, directamente, al menos en VO), un tío rezando, y en lugar de «fuck» dicen «Jesuschrist». Y el rollo yankee de tocar el himno con la trompeta, mientras ven el football en la tele el día de acción de gracias… los pelos de punta.

Me parece fenomenal que intenten reclutar memos para su secta, pero hay formas más elocuentes, sofisticadas e indetectables… De verdad, no sé si la crítica está gilipollas o es que han caído en la trampa.

Spoilers ahead…

A ver, la historia de la peli está bastante guay, y bien narrada. Fotográficamente genial y con sus pocos efectos bien utilizados sin sobrecargar nada. Un par de giros que se ven venir hacen que desde la mitad de la película sepas cómo va a terminar la historia de la hija. Lo que no te esperas, de verdad, es que a Lobezno lo dejen encerrado en el agujero del suelo debajo del Firebird… A ver, el que se tiró al Joker lo escuchó soplar el pito y apuntó con la mirada debajo del coche… no tiene sentido cortar la escena y meter créditos, esto no es Buried de Rodrigo Cortés, sabemos que va a salir de ahí, porque es lo que tiene que pasar, no tiene sentido argumental hacer un giro a 0,5 segundos del final.

Así que, la peli guay, pero con unos arreglillos mejor…