Mr. Holmes (2015) – Elemental, querido Gandalf

holmes

TÍTULO Mr. Holmes
AÑO 2015 NACIONALIDAD UK
DIRECTOR Bill Condon
GUIÓN Mitch Cullin, Jeffrey Hatcher
REPARTO Ian McKellen, Laura Linney, Hiroyuki Sanada, Hattie Morahan
SINOPSIS En 1947, Holmes vive retirado en una remota granja de Sussex con un ama de llaves y el hijo de ésta. Cumplidos los 93 años, su memoria y su capacidad intelectual empiezan a deteriorarse. Su rutinaria vida se limita al cuidado de su colmena, a la escritura de su diario y a la lucha contra su pérdida de facultades. De repente, se le presenta un caso desconocido hasta el momento.

Una patada de sentimientos de la mano de Gandalf, Magneto y Sherlock Holmes, todos a la vez. Ian McKellen consigue transmitirte dolor, ternura, amor y pena, de la forma más ruin -por momentos- y entrañable posible.

Continúo un poquito tras el salto.

Primero explico lo de ‘ruin’… su interpretación hizo que recordara a mi abuelo en sus últimos años, débil físicamente, pero siempre muy lúcido y locuaz. Sí, con sus momentillos de ligereza de pensamiento y memoria, pero en general ‘como una rosa’. Mr. Holmes quizá está un poco más senil o entrando en un estado de alzheimer no tan extensamente conocido en la época en la que se ambienta la película. Lo dicho, me recordó a mi abuelo, y eso es una patada en el corazón extrañamente dolorosa y placentera a la vez.

En lo sentimental me ganaron, pero tengo que tirar también por mi vena de criticón cinéfilo, y aquí ya fallamos un poquito: el ritmo narrativo es un poco errático y despista por momentos. No sé si el director/guionista ha querido hacerlo así para meternos un poco más en la mente del personaje, o tan sólo les salió raro; el caso es que confunde.

Y respecto a ‘el caso’ por resolver (o mejor dicho, recordar), resulta algo tan simple que se muestra casi insultante… después de tantas vueltas durante casi 2 horas, tener ‘esa solución final’ resulta de todo menos satisfactoria. Sí, el caso se resuelve/recuerda, pero me esperaba algo más Sherlock Holmes y menos Los misterios de Laura. Una caca.

En muy resumidas cuentas: la recomiendo, pero más por lo sentimental que le tocará a cada uno, seguro, que en cuanto a lo fílmico.

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