Las chicas de la página central (también conocida como The centerfold girls), es un pseudoslasher episódico dirigido por John Peyser (Undersea Girl, Héroes corrientes) y protagonizado por Andrew Prine (Juego mortífero, La tumba de la isla maldita), Jaime Lyn Bauer (La chica que vino en un paquete de regalo, La isla de la hermana Teresa), Jennifer Ashley (Las chicas del Pom Pom, ¡Tintorera!), Tiffany Bolling (El secuestro de Candy, Tarántula) y Aldo Ray (Dynamite Brothers, Más valientes que los hombres).
Sinopsis de «Las chicas de la página central»
Clements está decidido a asesinar a las voluptuosas jóvenes que han posado desnudas para el calendario de la revista "Bachelor". Armado con la afiladísima hoja de una navaja y poseído por una mente clínicamente enferma, él comienza a hacer llamadas anónimas a las por otros deseadas y por él odiadas víctimas, en un concurso de belleza en el que el primer premio es la muerte.
Es que van provocando
Las chicas de la página central cuenta con una premisa interesante, un asesino en serie de moralidad peculiar que se dedica a matar a chicas que posan desnudas en las páginas centrales de una revista para chicos estilo Playboy/Penthouse o similares. Sin embargo, la historia pierde fuerza rápidamente con un trama bastante simple y predecible y un desarrollo excesivamente nefasto. El psicópata es torpe e inútil en grado sumo, pero al mismo tiempo tiene la capacidad de moverse por entornos desconocidos como si los conociese de memoria.
La película consta de tres episodios independientes que se centran en otras tantas víctimas. En ningún momento se da a entender que el asesino haga una mínima labor de investigación, más allá de comprar las revistas y seleccionar a su próxima víctima, pero en todos los casos sabe dónde esconderse, por dónde escapar y cuáles son los mejores rincones para preparar una emboscada inesperada. Y no estamos hablando de que los escenarios sean entornos públicos que podrían haber sido reconocidos previamente, sino de mansiones, fincas o apartamentos privados en los que a priori resulta muy difícil saber cómo están organizados.
El (mal) uso y el abuso de encuadres poco usuales como planos subjetivos, planos inclinados o contrapicados para buscar provocar una sensación de malestar en el espectador, pero lo que da es la impresión de que el director ha leído la teoría y no sabe muy bien cómo aplicarla correctamente.
Trailer de «Las chicas de la página central»
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