Hace unos días se celebró un 34º aniversario (1981 para los de la LOGSE)… se cumplieron años del estreno de un peliculón, y la escena que presentamos hoy es de la susodicha. Una de las transformaciones más hilarantes, cómicas y claro, ridículas, de la historia del cine licántropo.
Sucedía en ‘Un hombre lobo americano en Londres‘ (1981), dirigida por el maestro John Landis y que, por extraño que parezca, llevó un Oscar al Mejor Maquillaje. Cómo te quedas? Hace 34 años, tenlo en cuenta antes de hacer juicios de valor.
Tras el salto.
El mismo año teníamos mi favorita del género, Aullidos (The Howling), del otro maestro, Joe Dante. No llevó Oscar, pero para mí, es muy superior a la presente.
Muy recomendables ambas películas para ver en una doble sesión peluda. Han sabido envejecer muy bien después de 34 años (mucho mejor que yo, desde luego) y se pueden disfrutar muy muy bien hoy en día. Más aún si las comparamos con las horrendidades licántropas con las que nos podemos encontrar, donde sí, las transformaciones son mucho más impresionantes, pero 100% digitales, sin un trabajo humano detrás más lejos de un teclado de ordenador.
Lo que me hace pensar en crear un artículo con las transformaciones de hombres lobo en la historia del cine… Próximamente!