La tercera temporada de Hanna pone un punto final trepidante a la historia de la joven asesina entrenada por la organización Utrax. Como ya mencioné al hablar de las dos temporadas previas, el responsable de la serie, David Farr, fue también el guionista de la película de 2011. Lo que ha hecho con este remake es desarrollar mejor la historia y llevarla más allá de lo contado al finalizar la peli. Protagonizan Esme Creed-Miles (Dark River, The Doll Factory), Mireille Enos (Guerra Mundial Z, El engaño), Dermot Mulroney (Noche de venganza, La mensajera), Ray Liotta (La fórmula de la felicidad, Shades of Blue), Adam Bessa (Una cena en Argelia, Alta costura) y Cherrelle Skeete (Danny and the Human Zoo, El pueblo de los malditos -serie-).
Sinopsis de «Hanna» (Temporada 3)
Hanna sigue huyendo de Utrax a la vez que intenta desmantelar la organización desde dentro. Ahora cuenta con la colaboración de Marissa Wiegler, la agente de la CIA que antes la perseguía. Juntas recorren Europa en busca de pistas y respuestas. Finalmente descubrirán la horrible verdad oculta tras Utrax y quién estaba realmente detrás de todo.
Una digna despedida para la chica salvaje
Esta tercera temporada de Hanna va directa al grano y nos envuelve en una trama llena de acción, intriga y giros inesperados, explorando a la vez las complejidades de la identidad, el adoctrinamiento, la libertad personal y la moral.
Desde el primer episodio, nos vemos inmersos en una persecución constante, con escenas de lucha brutales y emocionantes coreografiadas con maestría. Incluso la subtrama romántica se integra perfectamente con la acción y complementa las dudas de la protagonista sobre su compleja identidad.
Hanna se enfrenta a la difícil tarea de descubrir quién es realmente y dónde pertenece. Al mismo tiempo, debe decidir qué hacer con Utrax y con su propia naturaleza violenta. La serie nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de la manipulación genética y la programación, y sobre el libre albedrío del que disponemos como individuos.
Esmé Creed-Miles vuelve a brindarnos una brillante interpretación de su personaje, con sus matices y sus aristas. Sin duda será una actriz a seguir en lo que vaya haciendo. El personaje de Mireille Enos, Marissa Wiegler, experimenta un desarrollo que lo vuelve más complejo e interesante, aportando un nuevo nivel de conexión con Hanna. La química entre ambas actrices es uno de los puntos fuertes de la narración, proporcionando álgidos momentos de tensión y conexión emocional.
El final de la serie es emotivo, y a la vez deja un cierto sabor agridulce con algunos cabos sueltos. Las piezas del rompecabezas encajan, pero no sin sacrificios.