El niño 44 es un revisionismo histórico que mezcla al carnicero de Rostov con el estalinismo. Demagógica, pueril, prescindible.
El resumen de arriba es de un buen amigo, pero vamos a verla -sólo un poco- desde un punto de vista, no histórico, sino cinéfilo…
El niño 44 es más aburrida que pegarle a un padre con un calcetín sudado. Lenta, oscura y doblemente aburrida. Tom Hardy es patético fingiendo el acento ruso, y tetitas Kinnaman sale poco y mal.
En resumen, no la veáis porque es un coñazo. Ya me he sacrificado yo para que vosotros no lo tengáis que hacer.