Uwe nos halaga en esta ocasión con un refrito de «Soldado Universal» ubicado en una isla, con un protagonista que se dedica a pasear turistas en su barco y un doctor que experimenta genéticamente con sus soldados como toda referencia al juego en el que dice basarse.
Película telefílmica donde las halla, he estado a punto de dejar de verla a los 7 minutos (y luego me dí cuenta de que YA LA HABÍA VISTO, al menos en parte). Escenas oscurísimas fatalmente iluminadas, personajes acartonados, producción de TV con un poco más de presupuesto (no invertido en los cascos de los soldados: juraría que son los mismos que llevan en Bloodrayne: The Third Reich y Tunnel Rats)… La primera parte de la película es totalmente infumable pero, si somos capaces de pasar de ahí, hasta ganará enteros comparada con el principio.
La acción está bien, tiene ritmo (cosa que no es muy difícil tampoco dentro de este género) y en ésta se van sucediendo tiroteos en coche, carreras en lancha, algunas situaciones más fantasmales con un lanzamisiles y un helicóptero involucrados y bastantes hostias contra los soldados mutados.
El protagonista, interpretado por Til Schweiger («Malditos Bastardos», «Deuce Bigalow») no lo hace mal: salta, corre y se coreografía como cualquier héroe de película de acción, teniendo este hombre una peculiar voz que es idónea para personajes más ácidos. Suelto esto aquí porque el único punto favorable que se puede llevar la obra es un cierto toque de humor que se adereza con dos personajes secundarios: la torpe periodista que sólo está para hacer bulto y ser amablemente trajinada (Emmanuelle Vaugier – «Saw 2» y «40 días y 40 noches») y el más «secundario cómico» Emilio (Chris Coppola), que menos mal que aparece, porque sino no llegamos al final…
En fin: una película muy, muy prescindible que, por suerte, está aderezada de algo de humor y escenas de acción decentes.