Un soldado estadounidense es gravemente herido durante una peligrosa misión y es sometido a un tratamiento experimental que lo transporta al pequeño planeta Marte 216 en Alpha Centauri, donde se libra un ancestral enfrentamiento entre dos de sus razas.
Si hay una película que ha sido hecha para ser 100% disfrutable con cervezas y amigos es «Princess of Mars»: los diálogos, las reacciones de los personajes y las situaciones parecen pensadas a propósito para ser coreadas y comentadas en grupo.
En un pantano de Arkansas, un par de fulanos hacen explotar unas bombas para algún tipo de investigación geológica o una mierda parecida (no me quedó muy clara la cosa) y liberan a un grupo de tiburones prehistóricos que estaban atrapados en una especie de mar bajo tierra.
Mientras tanto, un grupo de seis reclusas son llevadas por dos guardas a limpiar el pantano como parte de su condena (duh!). La novia de una de las chicas organiza una fuga que lleva al grupo a una cabaña en mitad del bosque.
En otra parte, Traci Lords y su sidekick investigan cosas que tienen poco que ver con todo lo demás.
Sharkansas Women’s Prison Massacre es una bizarrada de cine escualo, pero no tan bizarra si tenemos en cuenta las mierdas que están saliendo del estilo, desde Sharknado a Mega Shark vs. Kolossus pasando por la ya más antigua Tiburones en Venecia.
Un chaval sin futuro ni ná dice que quiere ser una superestrella del rock de los 90… así que decide convertirse en Michael Angelo Batio vendiendo su alma al diablo… Así se presenta esta joya dirigida por Mark Freed, y protagonizada por Troy Donahue… El momento tetas lo pone Traci Lords… La película es un truño como una catedral, pero todo amante del bizarrismo le tendrá cierto apego. Muy en la onda de Muerte a 33 rpm.