Sam Mendes entró en el bondismo con Skyfall (en el link tenéis la crítica que en su momento hizo nuestra compañera Lyteypa, con la que estoy tan de acuerdo como en desacuerdo), y lo hizo requetebien. De hecho, lo único que le sobraba a esa película era Javier Bardem, en un papel muy poco, o nada, creíble. Spectre es la secuela directa; el villano mejora, y mucho (no era difícil), pero el papel que interpreta Waltz te deja con ganas de mucho más y lo que te da, tampoco es para tanto.
Tas esta breve disertación, continúo tras el salto.