Black Hollow Cage es un monumento al tedio y al mal-hacer. No sólo es lenta y aburrida, sino que los personajes no enganchan lo más mínimo, y a medida que avanza la película te das cuenta que simplemente estás viendo una versión cutre de Los Cronocrímenes (siento el spoiler, pero así te ahorras ver la peli), del genial Nacho Vigalondo.