El exterminador es una de esas producciones de Blumhouse que hicieron como si fueran palomitas de maíz. Debieron encontrar un horfanato de guionistas y los adoptaron a todos. Ahora los tienen esclavizados en un sótano encadenados a una máquina de escribir, y cada semana sacan un título nuevo.
Sin necesidad de ir más lejos, la película es entretenida por algunas situaciones, pero no le da para aprobar. Muchos homenajes, muchas licencias, muchos plagios y ojos negros sacados de un capítulo de Buffy, pero poca chicha.
Un exorcista poco convencional tiene la capacidad de introducirse en el subconsciente de los poseídos, pero tropieza con serias dificultades cuando tiene que ocuparse de un niño dominado por un demonio al que ya se enfrentó en otra ocasión.
Aaron Eckhart nos presenta a un Exorcista rebelde, algo jamás visto (ejem), que tiene la capacidad de meterse en la cabeza de los poseídos y «sacarlos de la posesión», obligando así al demonio a salir por patas del cuerpo poseído.
Una película de exorcismos tiene que aportar algo diferente a todo lo ya visto anteriormente, no llega con cambiar las caras y las ambientaciones, tiene que haber más, y si no lo hay, tiene que haber «algo» que te mantenga atrapado 90 minutos sin querer dejar de ver.
El Exterminador, de 1980. No tiene nada que ver con esta película, pero la foto mola mogollón.
Con El exterminador no ocurre, llega un momento en que deseas que se acabe de una vez para poder ver otra cosa, y cuando miras el reloj te das cuenta de que aún queda más de la mitad de la película. Pero como soy un poco masoquista, pues ya me encargo yo de verla completa para poder advertir a los que vengan detrás.
El prota, por momentos, queremos que nos recuerde un poco a John Constantine (Eckhart sería un buen Constantine), pero se queda en un deseo, porque en cuanto se pone a actuar, te das cuenta de que tanto él como el resto del reparto están como, no sé… ensayando? Con pocas ganas de hacer su actuación creíble. Y es una pena, porque el personaje al que interpreta es interesante y te pones de su lado desde el inicio de la película, pero le falta desarrollo e interpretación.
El Exterminador es más pretenciosa que efectiva, pero al menos los amantes del género tendrán la suerte de ver un par de efectos especiales logrados, que no dan para levantar la mediocridad, pero al menos es un aliciente. Es lo que, en mi caso, no sitúa la película en una mi*rda, sino en algo entretenido sin más.
En resumidas cuentas, no la recomiendo, pero si te toca verla, espero que te entretenga lo suficiente.
Con un 2,5 en IMDB y un 3,9 en Filmaffinity, quizá Scalps sea una de las películas peor valoradas que han pasado por delante de mis ojos, pero no la peor (espero). Veamos si se trata simplemente de una película muy mala o si tenemos delante una de esas «joyas» que nos encantan.
Joya: película muy cutre, pero con ciertos elementos subjetivos que consigue permanecer en el subconsciente y siempre te saca una sonrisa.
El hombre-león chungo, del que ya leeréis
Un grupo de estudiantes de ciencia arqueología descubren van a propósito a las ruinas de una antigua civilización india. Pronto, un espíritu malvado se meterá dentro del cuerpo de uno de ellos, y el estudiante poseído intentará matar a todos.
Sinopsis de Scalps (1983), con alguna corrección
Lo primero, hay 2 películas tituladas Scalps, una de 1983, que es de la que vamos a hablar ahora, y otra de 1987, con algo más de puntuación, que ya revisaremos otro día. Ambas películas las tenéis disponibles en Prime Video. Si haces clic en el enlace de aquí abajo tendrás un mes gratis en esta plataforma:
Scalps empieza bastante guay, la verdad. Una fulano con una cara un poco chunga, de aspecto nativo americano, pega un brinco y le corta la cabeza a un señor trajeado, sin motivo aparente. Sale un chorrillo de sangre estilo cutre años 80 y las manos del muerto que intentan localizar la cabeza en el sitio donde se supone que debe estar. En fin, que ya podemos intuir el tono que va a tener la película
They came out of the grave… to get REVENGE!
Scalps tiene un presupuesto ridículo, 15.000 dólares según IMDB, y gran parte de ese presupuesto seguramente se ha invertido en pagar el caché de algunas caras que salen en la peli, dejando muy poco dinero para la producción, efectos, maquillaje…
Esto justifica que la aparición de los espíritus indios sea tan risible, por no hablar del hombre-león y algunas de las caretas que salen en alguna escena.
Tener un presupuesto bajo no debería ser un problema si detrás hay buenas intenciones, una buena historia y unos personajes sólidos. En Scalps no pasa… hay carencias de todo. Estoy seguro que si repetimos esta película con 15.000.000 de dólares, pero manteniendo el mismo equipo técnico, la película acabaría con peor nota.
Sobre lo técnico, ya que sale a colación… no sé si Scalps ha sido rodada en 8 o 16mm, pero el film tiene una textura y un color que enamoran.
La ambientación está muy guay, muy ochentera estilo la clásica Las colinas tienen ojos y la música muy de la época… un darkwave synth un poco repetitivo pero efectivo. Una pena que la música esté tan alta, demasiado; tanto que no deja lugar al sonido ambiente.
En fin, que mientras somos testigos de una pequeña expedición, vemos a un hombre-león, que bien podría ser el suplente de la mascota de algún equipo de petanca de Kazajistán, haciendo muecas raras y a un señor limpiando un trozo de ladrillo con una navaja choricera a la entrada de una cueva en la que «un espíritu» (que se presenta en forma de negativo mal superpuesto sobre la imagen) provoca que este señor se corte el cuello con la navaja.
Y… pasamos a los créditos.
Un par de nombres destacan sobre todos los demás: Kirk Alyn y Carroll Borland. Para los más jóvenes serán un par de completos desconocidos, pero para los que peinamos canas (aunque sea en la barba) son viejos conocidos.
Kirk Alyn fue Superman en el serial de 1948, y Carroll Borland es una cara conocida en el cine de terror clásico, habiendo compartido pantalla con Bela Lugosi en La marca del vampiro (1935).
Kirk Alyn
Carroll Borland (con Bela Lugosi)
Resultan irreconocibles en Scalps, pues si les has perdido la pista desde su «época» es complicado realizar las conexiones.
En fin, que ahora vemos a un viejo Kirk Alyn vestido de arquetípico explorador, preparando una expedición con unos estudiantes a un territorio indio para no robar ni exhumar nada, según acuerda con la directora de la universidad, Carroll Borland.
Al final resulta que el explorador no va a dicha expedición, así que debe ir siempre vestido así. Se marchan los estudiantes solos. Han de ser de los malos, porque son bastante mayorcitos.
Durante el camino, el conductor dice «Ahhh! Maldita sea! La temperatura está ardiendo!», y es una frase que aún resuena en mi cabeza.
Como la temperatura está ardiendo, se paran a medio camino a echarle agua al radiador.
Una escena que no aporta nada en absoluto, porque prosiguen hasta una gasolinera donde ocurre lo obvio, y que ya hemos visto en mil y una películas desde los 60: la advertencia de un viejo indio, muy parecido a Keith Richards.
No vayáis a ese territorio, que es peligroso y vais a morir.
Advertencia de Keith Richards
Y qué hacemos? Pues vamos a ese territorio ignorando la advertencia, y vamos a morir.
Uno de los indios chungos
Van apenas 20 minutos y los sintetizadores empiezan a cansar un poco, pero somos valientes y seguimos adelante.
Mientras se dirigen a la zona de exploración, se van intercalando unas imagenes de «indios chungos», pero muy chungos, que parece que los tienen bajo vigilancia.
Otro par de escenas absurdas de una chica hablando de una mofeta y otra diciendo que hay un águila que los ha estado siguiendo.
Quizá la del águila tenga algo de misticismo nativo americano, pero la de la mofeta seguro que no.
Seguimos viendo imágenes de espíritus intercaladas de forma inconexa con la película. Siguen sin aportar nada, ni tensión, ni miedo, ni asustan ni sorprenden.
Llega la noche, y los jóvenes rodeando la hoguera del campamento me hacen querer recordar Viernes 13, pero no. Una escena de noche que tampoco aporta nada, no muere nadie, sólo vemos a un indio pegando saltos.
Por la mañana no sólo deciden ir a la zona de exploración, sino que deciden buscar exactamente la zona a la que Keith Richards les advirtió de no ir. Y ahí llegan, y como era de esperar, empiezan a pasar cosas raras.
A partir de aquí podríamos terminar el post, porque los siguientes 45 minutos de película son un montón de chorradas, frases absurdas como «no sé por qué vinimos a excavar a un sitio donde ha muerto gente»… eh, niña… eres arqueóloga.
2 se van a echar un casquete, a otro le proponen lo mismo y dice que prefiere ponerse a clasificar piedras. Mal actor y parvo. Así que se van los otros 2 a echar un polvo encima de una piedra.
Mientras 2 limpian piedras en la tienda de campaña, otros 2 follan encima de una piedra, y otra no sabemos dónde está, a la rubia que se queda sin polvo la persigue un indio, aunque no lo vemos, y echa a correr a cámara lenta. Al final el hombre-león chungo aparece para nada, porque la rubia escapa igualmente.
Por cierto, a ratos es de noche, a ratos no.
Uno de los espíritus en la fogata
Un cuenco empieza a echar sangre, suenan tambores debajo del suelo, explota una fogata en la cara del Elvis rubio y lo dejan negro como el carbón. Al rato empieza a poner caras y parece que tenemos que entender que ha sido poseído por un espíritu de un indio chungo.
El Elvis rubio se lleva a la chica, otra vez, a follar a la piedra, pero ahora con otras intenciones…
Escena de tetas, mala violación (si es que alguna puede ser buena) y al Elvis rubio se le empieza a poner cara de indio chungo, y cuerpo de Freddy Krueger. Se saca un cuchillo del calcetín (literal) y empieza a perseguir a la scream queen por el monte, que escapa corriendo como si estuviera pisando brasas.
Al final la pilla y le raja el cuello, con unos efectos de maquillaje bastante guay hechos. Con el mismo cuchillo le arranca la cabellera, con unos efectos de maquillaje bastante menos guay hechos que un minuto antes.
El Elvis rubio está desaparecido, y quien está poseída ahora es la rubia «mosquita muerta» porque el Elvis le ha dado una piedra.
El barbas que prefiere clasificar piedras a follar con una de las rubias se va en busca de un camión que habían visto durante el camino, porque el coche está estropeado, así que se quedan solos las 2 rubias con Art Garfunkel.
Mientras el barbas corre a cámara lenta a buscar ese camión, al director se le ocurre añadirle música de arcade videojuego chungo con unas notas arpegiadas disonantes muy raras.
Llega al camión, sin mayor problema. Se mete debajo y no encuentra lo que busca, así que se monta en la parte trasera y se pone a beber… con funesto resultado.
Un indio chungo le sale por detrás y le revienta el coco, para dar paso al mejor prop que han podido conseguir en producción para la película.
Nadie se va a dar cuenta de que era de día y ahora parece de noche, que se ha momificado en 2 segundos, que cayó sobre el suelo y ahora es una roca, que no había animales y ahora hay una rata muy maja, y que cayó con una camiseta blanca y ahora es una camisa rosa.
Volvemos al campamento
La rubia buenorra está preocupada, Art Garfunkel le dice que esté tranquila y la rubia mosquita muerta dice que el barbas la palmó.
Un indio chungo le dispara una flecha a la buenorra, que había salido de la tienda de campaña por una voz que se lo dijo. Le vuelve a disparar otra y otra flecha, pero no pasa nada, la rubia es de hierro y sigue corriendo como si no hubiera pasado nada, con 3 flechas gordas como sombrillsa de playa clavadas en la espalda. Jódete Boromir!
Una cuarta flecha a la pierna es lo único que la detiene. El indio chungo se le acerca con funesto resultado.
Aquí no tenemos escena gore de corte de cabellera, cuello ni nada, pero rápidamente da paso a Art Garfunkel que había salido de su tienda y tiene un enfrentamiento con el indio chungo. Consigue arrearle en la cabeza con su propio mazo y, aparentemente, acabar con él. Muy rápido, nula tensión. Sin efectos de ningún tipo.
El indio no estaba muerto, vuelve a por más, Art Garfunkel le pega dos tiros en el pecho con la escopeta que habían llevado a la excursión, y sigue volviendo a por más. Un tiro en la frente es lo que, aparentemente, acaba con él. Al darle la vuelta al cuerpo, vemos que se ha convertido en el Elvis rubio (muerto).
Y ahora viene un momento cutre y uno curioso.
El cutre: la rubia mosquita muerta es la que ahora está poseída y le corta la cabeza a Garfunkel. Era obvio que sólo iba a quedar uno con vida, había un 50% de probabilidades de acierto.
El curioso: la escena de corte de cabeza de Garfunkel es la que da inicio a la película tras el salto del indio. Al inicio parece que era el propio indio quien lo hacía, pero ahora descubrimos que no era así.
Vuelve a ser de día en Villa chunga, y entra en escena, otra vez, Superman el profesor de universidad, obviamente vestido de explorador. Asoma la cabeza al interior de una de las tiendas de campaña y tenemos que entender que le clavan una flecha en un ojo, porque sólo vemos que la agarra con la mano cerca de su cara lamentándose como si hubiera perdido su equipo de fútbol.
Nada, que llega y se muere. Ahora la rubia mosquita muerta ya está como quería, sola y poseída, y con cara de Dave Mustaine, pero ahora tiene una furgoneta tope chula para volver a casa.
Y para finalizar, un chiste del director en los créditos finales: Next summer watch for Scalps II: The return of DJ… nunca ocurrió, por suerte. Un poco sobrado iba el director.
Os dejo el tráiler de Scalps para que lo sufráis un poco
Sputnik nada tiene que ver con la vacuna rusa del COVID-19, aunque sí va de matar a un bicho muy malo. Dirigida por Egor Abramenko es la versión extendida (y muy diferente) de su cortometraje Passazhir, que traduciremos por Pasajero, de 2017.
El único superviviente de un enigmático incidente de una nave espacial no ha regresado solo a casa, escondiéndose dentro de su cuerpo una criatura peligrosa.
Sputnik es una película muy lenta, algo esperable en una producción rusa, pero lo que más destaca en la producción es el ambiente opresivo que consigue trasladar al espectador. Al desarrollarse en un búnker gran parte de la historia, nos sentimos tan encerrados como lo están los personajes. Sin llegar al nivel de Alien: el octavo passazhir pasajero, desde luego, pero similar. Y hasta aquí se pueden hacer comparaciones con Alien, porque el resto de la historia poco o nada tiene que ver con la producción de Ridley Scott.
[spoiler]El alienígena de Sputnik tiene más relación con el de la película Life que con Alien.[/spoiler]
Pocos efectos especiales, comedidos, discretos y bien utilizados, sin saturar al personal. Me ha encantado toda la escena que da inicio a la película, con los cosmonautas en la nave. Las tomas exteriores me parecieron de un real muy creíble.
La ambientación temporal, 1983, está súper lograda. Tanto que mata un poco la sorpresa del final de la película.
[spoiler]Las escenas de orfanato se nota que están ambientadas en una época anterior a la que representan en la historia principal, y si te has fijado en los detalles durante la película, sabes que el niño/niña es Tatyana antes de que lo revelen oficialmente.[/spoiler]
Oksana Akinshina
Oksana Akinshina interpreta a la prota, Tatyana Klimova, y lo hace de manera magistral. Fría como el acero lleva a cabo su investigación sin ningún tipo de barrera, hasta que la situación se pone seria y entonces empieza a recular. Es un personaje muy creíble, bien construido y mejor interpretado.
No conocía a esta actriz, pero habrá que hacerle un seguimiento. Por lo pronto la volveremos a ver en la película que sirve como respuesta rusa a la serie Chernobyl.
Economía de localizaciones que oprimen al espectador. Temporalización logradísima. Efectos donde tienen que estar. Buenas interpretaciones… Es todo tan bueno en Sputnik?
Pues no es oro todo lo que reluce, por desgracia. La segunda línea de historia que tenemos por detrás de la principal, es un completo sinsentido.
[spoiler]El enamoramiento repentino de los protagonistas no entra ni con calzador, y aunque ambos pongan todo el empeño posible en sus interpretaciones, sigue sin entrar.[/spoiler]
No obstante, esto no consigue quitarnos el buen sabor de boca que hemos estado paladeando durante todo el metraje, siendo así Sputnik una película muy entretenida y original. Desde luego es recomendable para pasar un buen rato.
Troll Hunter es una película de terror noruega de 2010, escrita y dirigida por André Øvredal (La autopsia de Jane Doe, 2016 – su primera película en inglés) y rodada en formato de falso documental cámara en mano.
No me esperaba mucho de ella, sinceramente, y el formato cámara en mano me suele provocar bastante rechazo utilizado de forma contínua, como es el caso. Sin embargo, la vi entera, y la disfruté mogollón. Sorprende que con 3 millones de presupuesto, el director consiga un producto que no sólo está a la altura que otros similares como Cloverfield/Monstruoso, sino que lo supera en muchos aspectos.
Comenzamos con unos chavales que están siguiendo la pista del que creen que es un cazador furtivo de osos, y van cámara en mano tras él para dejarlo todo documentado y poner después las pertinentes denuncias. Sin embargo, en la primera incursión tras sus pasos, tienen que echar a correr tras los gritos del cazador avisando que viene un troll. A partir de ese momento, se ven obligados a creer en la mitología para no ser víctimas de ella.
Los siguientes pasos serán, ya no documentar la caza furtiva de osos, sino la existencia de los trolls en Noruega y revelar que el gobierno lo sabe y lo oculta a la población.
Aunque la película se empeñan en tildarla de terror, no lo es; quizá fantasía sería el género más acorde a la historia y acontecimientos narrados. No da miedo ninguno, pero sí tiene varios momentos de mucha tensión que provocan cierto subidón de adrenalina que, junto con el formato cámara en mano -bien utilizado-, te meten de lleno en la acción y puede que te sorprendas arañando el sofá.
La dirección es magnífica y la puesta en escena tan simple como efectiva. Las actuaciones son muy correctas, destacando que saben transmitir la tensión del momento a la perfección.
En resumidas cuentas, Troll Hunter es una estupenda propuesta para pasar el rato. En mi caso se me pasó volando y me dejó con ganas de más.
Os dejo el tráiler
[imdb]tt1740707[/imdb]
Un spoiler de Troll Hunter
[spoiler]El desliz del gobierno en una entrevista, revelando la existencia de los trolls, es brutal. Una nota de comedia acojonante en una película que no era para nada del estilo. Es para quitarse el sombrero.[/spoiler]
Una nota sobre el director
André Øvredal ya es un conocido en Zm. Hace un tiempo me sorprendió con La autopsia de Jane Doe, de 2016. Una película muy evidente y predecible, pero que consigue crear un ambiente muy atractivo, incluso para los fans más fans del género. Película tan efectiva como sencilla.
Baba Yaga es la nueva propuesta rusa en cine de terror, y aunque se deja ver, no es nada del otro mundo.
Recuerdo hace años, cuando se estrenó Guardianes de la noche, y se vendió casi como El Padrino del cine de terror, la película que lo va a cambiar todo… y recuerdo salir del cine con los amigos bastante cabreados por la inversión pérdida de pasta y de horas de vida. Menudo cagao’ que nos comimos. Después vino Guardianes del día y ya pasamos de todo.
Una joven familia se muda a un nuevo departamento a las orillas de la ciudad. Como los padres tienen una bebé recién nacida, contratan una niñera que rápidamente gana la confianza de los adultos. El hijo mayor descubre un comportamiento sospechoso en la nueva cuidadora pero sus padres no le creen. Pero un día el hermano mayor regresa a su casa y se da cuenta que ni su hermanita ni la niñera están en el hogar. Y lo que es peor, sus padres se encuentran en un extraño trance y no recuerdan a la pequeña.
Svetlana Ustinova
A partir de ese momento, el crío protagonista, junto con una serie de compañeros de la escuela, tendrán que hacerse un IT para resolver el misterio, descubrir la verdad y volver a la normalidad.
Baba Yaga (Baba Yagá, o Бáба Ягá) es un personaje recurrente del folclore ruso, y la mitología eslava. También ha aparecido en series como Supernatural (última temporada, creo) o en diversos cómics y películas de Hellboy. Se la suele representar como una vieja fea que come niños, pero en el caso de esta película se personifica en la piel de Svetlana Ustinova, que ni vieja, ni fea… lo de los niños está por ver.
Cuando el personaje entra en escena, no oculta su maldad, ni al niño ni al espectador. Se muestra como una arpía manipuladora, pero consigue engatusar a todos para que bailen al son de su música.
Aunque rusa, la película toma elementos narrativos y visuales del cine de terror actual, por lo que la pesadez y lentitud de la que suele adolecer el cine ruso no la tenemos presente en absoluto. Esos préstamos podemos tenerlos como clichés del género, pero al no haber un abuso de los mismos, y ser una nacionalidad que no acostumbra a utilizarlos en su cine, no es justo decir que la película sea de plantilla.
Baba Yaga no es una película maravillosa, pero sí es entretenida, tiene sustos interesantes y se lleva muy bien durante los 90 y algo minutos que dura. No diré que es súper recomendable, pero si la tienes que ver, o si la quieres ver, creo que no te arrepentirás. Eso sí, aunque sea complicado para algunos, mírala en VO, y no con doblaje inglés, latino o castellano; con el doblaje perderás bastante intensidad en las interpretaciones.
El tráiler
Os lo cuelgo en inglés, porque el ruso no tiene subs.
Zombies, nazis, domingas, monstruos clásicos, psychokillers modernos, más domingas, slasher ochentero, muchísimo humor, una pizca de gore y un extra de domingas. Esta sería una buena manera de resumir The haunted world of El Superbeasto a alguien que te pregunte.
El film narra la retorcida historia de El Superbeasto, una especie de antiguo luchador enmascarado con fuerza sobrenatural, quien en estos momentos se dedica a la producción/dirección como estrella del Beastoworld Enterprise, pero que cuando puede pasa el tiempo luchando contra el mal junto a su Super-Sexy hermana, Suzi X.
Filmaffinity
Cuando vi las películas de la trilogía Firefly de Rob Zombie, en muchos sitios mencionaron El Superbeasto como historia paralela. Nada más lejos de la realidad, no tiene absolutamente nada que ver, ni se suceden en el mismo universo (aunque haga una aparición el Captain Spaulding). Mientras que en las otras tenemos un mundo real, con unos asesinos con cierto carisma matando y evitando que los cojan, aquí tenemos un mundo de fantasía donde conviven monstruos, luchadores mexicanos, muchas bellezas y otras no tanto.
The haunted world of El Superbeasto es una ida de olla muy gorda de Rob Zombie. En su momento escribió un cómic, pero hacer la película denota alguna tara. No lo negaré, me lo pasé fenomenal viendo la película, y la volveré a ver, pero cuando esperas ver una peli de animación en la línea de la trilogía Firefly, y te encuentras con esto, evitar el esguince de cerebro se torna bastante complicado.
La película no deja de ser una gamberrada donde puede mostrar todo lo que quiere hacer y no le dejan, o no tiene presupuesto para hacerlo, en el cine «grande». Termina siendo amena, divertida, mono-neuronal (como sus personajes) y provoca un empacho de tetas importante.
Recomendable para echarte unas risas, sin duda, pero no esperes la firma de Rob Zombie; aquí más bien tenemos al hijo bastardo fruto de una orgía entre Russ Meyer, Ed Wood y Rob Zombie, un ser lleno de taras, terror y tetas.
El tráiler (light) de The haunted world of El Superbeasto
Este año tenemos un total de 3 viernes 13: hoy, el mes que viene y en noviembre, así que, sabiendo esto, podemos planificarnos la revisión de toda la filmografía Voorheeana de aquí a casi final de año… a 1 por mes, acabamos debiendo un par de películas a la banca…
El miedo a los viernes 13 se llama collafobia o friggaatriscaidecafobia, siendo una forma espeluznante de Triscaidecafobia, o Trezidavomartiofobia, que es la fobia al número 13.
Por mi afición al género del terror y por lo mucho que me gusta el subgénero ‘posesiones’ decidí darle al play a Grace: The Possession. De verdad, a los 7 minutos ya quería pararla, y no porque estuviera pasando mucho miedo… sino porque lo que estaba viendo era, de lejos, una de las películas de terror más aburridas que había visto en mucho tiempo. Y todavía no había hecho más que comenzar.
Rocky Carambola (La criada se enamora) (AKA Le agarró la mano el chango)
AÑO
1979
NACIONALIDAD
España
DIRECTOR
Javier Aguirre
GUIÓN
Jaime Campany, Julio Porter, José Luis Dibildos
MÚSICA
Antón García Abril
FOTOGRAFÍA
Manuel Rojas
REPARTO
Torrebruno, José Sazatornil, Pancho Córdova, María Victoria, Ariadna Welter, María Kosty, Rafael Hernández, Víctor Israel, Alberto Fernández, Cris Huerta, Tony Valento
SINOPSIS
Rocky Carambola trabaja en un circo acompañado por un mono chimpancé llamado Coco, que le ayuda en su labor. Cuando el circo llega a una gran ciudad, en casa de Don Jorge comienzan a ocurrir cosas muy extrañas y sin aparente explicación. La sirvienta María está al cuidado de cinco niños y tiene dos pretendientes. Cuando uno de los niños es secuestrado, María intentará rescatarlo ayudada por el mono
Rocky Carambola es uno de esos personajes creados con el único y malévolo propósito de aterrorizar a los niños de los 80, con su aspecto grotesco, su voz desagradabe y sus pegadizas canciones acojona-humanos.
Torrebruno, mal actor, mal humorista, mal cantante y mala persona (un italiano estándar) decidió meterse en la piel de Rocky Carambola para arruinar la infancia a decenas de miles de niños españoles. No se puede esperar más de un ser que nació apenas un mes después de estallar la guerra civil española. Posiblemente estemos ante un experimento científico del ejército italiano al estilo übermensch, pero el Capitán América de los Apeninos les salió rana.
Híbrido amorfo entre Cuasimodo, Leatherface, Freddy Krueger, Jason Voorhees y Tom Hanks, con las capacidades compositivas de Beyoncé y el talento para la música de Cañita Brava… Este es Rocky Carambola.
La sinopsis de esta película se repitió años más tarde en varias películas… «una pandilla de chavales va a ver una película de terror, y -el mal- sale de la pantalla.»
No es novedoso hoy en día un planteamiento como éste, pero si nos trasladamos a 1985, pues se agotan las opciones. Es, sin lugar a dudas, una de las películas de terror italiano más destacadas de los ochenta, y cabe una especial mención a la banda sonora y al elenco de grupazos que reúne: Mötley Crüe, Billy Idol, Saxon, Go West, Scorpions, Rick Springfield y Accept, entre otros…