El mañana nunca muere es superior a GoldenEye en muchos aspectos. Sigue con el acercamiento que tubo tanto éxito en películas anteriores: un look moderno con alta tecnología de los años 90 combinado con elementos tradicionales de los primeros clásicos incluyendo increibles chicas, enemigos y gadgets. La película parece cara y desde luego lo es, excedía los 100 millones de dólares, un récord para una película Bond pero un indicativo de la confianza del estudio en la franquicia y en Brosnan.