Uno crece con la dureza, con la hombría de afirmar lo que muchos otros machos alfa afirman:
Yo no lloro con películas.
Otros, van de duros con corazoncito y sólo se permiten arrancar un:
Yo sólo he llorado con el final de Terminator 2.
Hasta ayer yo pertenecía a este segundo grupo, aunque sí es cierto que muchas otras películas arrancan ese punto lacrimógeno, bien sea por ternura, o pena, pero sin llegar al goteo… Hasta ayer.