DIRECTOR | Dario Argento |
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GUIÓN | Dario Argento, Franco Ferrini |
MÚSICA | Simon Boswell, Goblin |
FOTOGRAFÍA | Romano Albani |
REPARTO | Jennifer Connelly, Daria Nicolodi, Donald Pleasence, Fiore Argento, Dalila Di Lazzaro, Patrick Bauchau, Federica Mastroianni, Fiorenza Tessari |
Sinopsis: Jennifer Corvino, hija de un famoso actor de Hollywood, ingresa en la Academia Richard Wagner, un internado situado en las montañas que rodean Zürich (Suiza). Muy pronto empiezan a producirse una serie de brutales asesinatos, obra de un psicópata, con una especial inclinación por las jovencitas del colegio. Jennifer, que tiene los dones paranormales de la telequinesia y la telepatía, intentará no sólo desenmascarar al sádico que aterroriza a sus compañeras, sino también averiguar qué terrible secreto encierran los muros del internado.
Obra maestra del cine italiano… ni Fellini ni pajas… Dario Argento!
Película de más de 2 horas censurada en EEUU (clasificada X por lo explícito de algunas escenas), por lo que sufrió una serie de recortes que no fueron recuperados hasta 1999 con la re-edición de Anchor Bay. Al margen de la estrechez de miras del público/crítica estadounidense, en Europa sí tuvo una buena aceptación, hasta tal extremo que en la Wikipedia se afirma que la película competía con films como Los cazafantasmas o Gremlins.
Yo humildemente opino que la película ha sabido envejecer, y salvo los efectos especiales de cartón-piedra y látex, la historia es buena, y el reparto acompaña. Desde luego ha sabido envejecer mucho mejor que Suspiria o Rosso Profondo; películas que fueron arrastradas por la mala interpretación de los actores del reparto. Todo lo contrario ocurre en Phenomena: muy buena ambientación, buena historia y buen reparto. En fin, estamos ante una de las mejores películas de Dario Argento (lo que para unos dirá poco, y para otros nos dirá mucho).
Mención especial merece la mona de la película, que inspiró Atracción Diabólica de George A. Romero.
13 o 14 años tenía Jennifer Connelly cuando rodaron Phenomena, y aunque no hubiera definido un registro propio, cumple muy bien con su papel, y junto a Donald Pleasance conforman el frontline interpretativo del film; creíble y comedido.
La fantasía de insectos que crea Argento es espeluznante y brillante a partes iguales, y no nos cabe duda que le valió su papel posterior a Jennifer Connelly en Labyrinth. El final del film es de otro mundo, creando una combinación grotesca de patologias freudianas, amor animal, amputación de miembros y decapitaciones. – vía Goetiamedia