Pandora (2016), nucleares NO

TÍTULO ORIGINAL:
Pandora
NACIONALIDAD:
Corea del Sur
AÑO:
2016
DURACIÓN:
136 min.
DIRECTOR:
Park Jeong-woo
GUIÓN:
Park Jeong-woo
MÚSICA:
Jo Yeong-wook
FOTOGRAFÍA:
Young-hwan Choi
REPARTO:
Kim Nam-Gil, Kim Yeong-Ae, Moon Jung-hee, Jeong Jin-yeong, Lee Kyoung-Young, Kang Shin Il, Kim Dae Myeong, Seung-mok Yoo, Kim Nam-Gil, Kim Nam-Gil, Kwak In-Joon, Park Sun-Hee, Eo Sung-Wook, Joo Jin-Mo, Kim Myeong-min, Nam-gil Kim, Song Young-Chang

Sinopsis de «Pandora»

Jae-Hyeok vive con su madre, su cuñada y su sobrino Min-Jae en una pequeña ciudad coreana. Para ganarse la vida, trabaja en una planta de energía nuclear local. Jae-Hyeok está preocupado por las condiciones allí, pero nadie le hace caso. De repente, un terremoto golpea el pequeño pueblo y causa explosiones en la planta de energía. La situación rápidamente desemboca en una incontrolable espiral de caos y destrucción, llevando a toda la nación a entrar en pánico.

Poca esperanza queda en la caja

En un primer vistazo, Pandora puede parecer una peli más de catástrofes, pero ojo, es coreana y seguro que defrauda a más de uno que espere una historia al uso dentro del género. De hecho, el enfoque de la cinta se orienta más hacia el drama, con una recreación (relativamente) realista de un desastre nuclear inminente, con la vista puesta en los recientes sucesos de Fukushima tomando algunos elementos del incidente, un poco más lejano en el tiempo, de Chernobyl.

Y todo ello sin tener a mano al típico héroe de acción que acaba salvando la situación, sino solo a un grupo de trabajadores de mantenimiento, que vivían tranquilos en su pueblecito costero hasta que en el horizonte empezaron a brotar centrales nucleares como setas.

La película presenta un evidente alegato anti-nuclear realizando de paso una crítica directa hacia la burocracia que prima el cumplimiento ciego de las normas frente a las necesidades de las personas y hacia lo peligroso que resulta poner el beneficio por delante de la seguridad en la utilización de ciertas tecnologías y recursos.

Sigue el ritmo oriental habitual, así que puede resultar lenta para los estándares occidentales, y dura más de dos horas, pero no le sobra ni un minuto.

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