La Ola es un thriller psicológico alemán dirigido por Dennis Gansel (El fantasma, Chicas al ataque, Napola, escuela de élite nazi), que realiza una importante reflexión sobre el poder de la manipulación y la fragilidad de la democracia. Está protagonizada por Jürgen Vogel (La calle de las Rosas, El libre albedrío, Un conejo sin orejas), Frederick Lau (El aula voladora, Bibi, la pequeña bruja y el secreto de los búhos azules, The Invention of the Curried Sausage), Jennifer Ulrich (Mi vida empieza hoy, Alerta cocodrilo, Siete domingos a la semana), Max Riemelt (Chicas al ataque, La cacatúa roja, Somos la noche) y Christiane Paul (Marlene, I’m the Father, Sergeant Pepper).
Sinopsis de «La Ola»
En Alemania, durante la semana de proyectos, al profesor de instituto Rainer Wenger se le ocurre hacer un experimento para explicar a sus alumnos el funcionamiento de un régimen totalitario. En apenas unos días, lo que parecía una prueba inocua basada en la disciplina y el sentimiento de comunidad va derivando hacia una situación sobre la que el profesor pierde todo control.
Perturbadoramente actual
La Ola, a través del experimento realizado en el instituto, explora de manera impactante cómo pueden surgir y consolidarse movimientos autoritarios y la facilidad con la que las personas pueden ser manipuladas para adoptar ideologías radicales, incluso en un entorno tan aparentemente seguro como un aula.
Se exploran temas de identidad, poder, y la facilidad con la que se puede suprimir la ética individual a favor del pensamiento colectivo. Los uniformes, el saludo especial y el logo de «La Ola» representan el desmoronamiento de la identidad personal ante la comunidad y su ideología. Estos temas son especialmente relevantes en un mundo donde cada vez cobran más valor los discursos de odio y la polarización sobre casi cualquier asunto, sea o no relevante. Además, invita a reflexionar sobre nuestras propias actitudes y nos sugiere ser críticos con aquellos que buscan manipular nuestras emociones y creencias.
Al igual que en experimentos psicológicos históricos como el de Milgram, el de la prisión de Stanford o el del profesor de historia Ron Jones, que sirve de base para la película, el guion cuestiona cuán fácil es que una persona racional actúe en contra de su moralidad si se le da un propósito mayor.
Al margen de propiciar la reflexión y parecer un poco didáctica en algún momento, la atmósfera claustrofóbica de la historia consigue mantener un ritmo de suspense psicológico, con una narrativa que avanza implacablemente hacia una tragedia predecible pero inevitable. En todo momento el espectador se cuestiona cómo situaciones similares podrían desarrollarse en la vida real.
Hay aspectos que podrían haberse explorado con mayor profundidad, así como algunos personajes secundarios podrían haber tenido un desarrollado más elaborado, lo que habría enriquecido la trama y proporcionado una visión más completa de la sociedad retratada. No obstante, la película cumple su objetivo de generar un debate sobre el autoritarismo y la importancia de la educación cívica.