Kin promete más de lo que da. Promete una historia similar a la que podemos encontrar en las génesis de los superhéroes de cómics: niño encuentra artefacto que lo dota de gran poder, y con el cual desea vengar la muerte de su padre. Sin embargo aquí nos quedamos en una promesa vacía de toda intención.
Cuando lo primero que vemos en el propio cartel, y toda la publicidad que se le hizo a la película, es «de los productores de», ya deberíamos empezar a entender que lo que vamos a ver no le llega a la suela de los zapatos y «ponemos eso a ver si alguien pica».
Perseguidos por un criminal vengativo y una banda de soldados sobrenaturales, un exconvicto recién liberado y su hermano adolescente adoptado se ven obligados a escapar con un arma de origen misterioso que es su única protección.
Ese criminal vengativo que menciona la sinopsis de Kin no es menos que James Franco firmando la que posiblemente sea la peor actuación de su carrera. Es tan exagerado que supera el límite de la credibilidad. No a un nivel Kingpin, donde su gran tamaño no deja de ser una alegoría a su enorme poder e influencia, no, aquí estamos a un nivel de sobreactuación tal que parece de los que suspendieron primero de actuación en la academia de actores.
Los otros perseguidores, los soldados sobrenaturales, sí aportan una línea argumental interesante durante toda la película, en lo poco que aparecen, pero al igual que el conjunto de la película, es una promesa que se queda en nada. Hasta se muestra evidente y poco sorpresiva llegado su clímax. Una pena, porque esto sí daba para más.
Dennis Quaid, Zöe Kravitz y Miles Truitt son los únicos que, aparentemente, intentan soportar el peso de la película, pero lamentablemente se queda en un intento porque, evidentemente, la mierda pesa más que la ausencia de ella.
Todo lo interesante ocurre en los primeros minutos de la película. A partir de ahí es una caída libre con alguna bolsa de aire caliente que resulta reconfortante… mientras sigues cayendo.
Para matar el tiempo se puede aceptar, pero no es un buen ejemplo de película de ciencia ficción, o de acción, recomendable, pues es un quiero y no puedo de muchas cosas.