Sinopsis
Zé do Caixão sigue persiguiendo su obejtivo de engendrar un hijo que continue su línea de sangre.
La raza superior
Esta noite encarnarei no teu cadáver enlaza directamente con el final de À meia-noite levarei sua alma y es la continuación de la llamada «Trilogía de Zé do Caixão». Aunque en la anterior entrega habíamos dejado al personaje bastante perjudicado, resulta que la cosa no era tan grave y con un repaso de chapa y pintura y un juicio rápido para exculparle de sus crímenes por falta de pruebas concluyentes, ya tenemos de vuelta al siniestro enterrador dispuesto a sembrar el terror en su pequeño pueblo de Brasil.
La historia no deja de ser una repetición del esquema de la película previa, pero con algunas variantes. Ahora Zé no es simplemente un sicópata algo demente, ateo, blasfemo y violento, sino que también adopta algunas de las características del típico científico chiflado. Cuenta con un ayudante deforme y obediente, y tiene a su disposición una mazmorra gótica completa, con fosos, animalitos, adornos macabros y diversos utensilios de tendencia bondage.
Su filosofía vital también ha variado levemente. Ya no solo busca continuar su estirpe, sino que tiene que encontrar a la mujer perfecta para tener un hijo que no se vea corrompido por la credulidad humana, lo cual lo convertirá en un ser perfecto que será el primero de una nueva raza superior que además significará la salvación de la humanidad de su propia estupidez.
Egocentrismo hiperpedante
En la búsqueda de sus objetivos, Zé do Caixão se enfrenta y se enemista con matones locales y se burla y despista a las autoridades. Sin ser descubierto, secuestra a mujeres a las que viste con braguitas negras y camisones transparentes para someterlas a la prueba del miedo: llenar su habitación de enormes tarántulas mientras duermen. Las que no superan la prueba son arrojadas a un pozo de serpientes donde mueren de forma horrible. La superviviente acaba demostrando no ser lo suficientemente digna, así que Zé la deja libre para seguir buscando.
Finalmente, logra encontrar a un espíritu afín cuando se cruza con una mujer tan descreída y amoral como él mismo, pero justo cuando sus planes parecen a punto de realizarse, nuevamente se ven frustrados por los delirios de su conciencia culpable (especialmente después de descubrir que una de las mujeres a las que mató estaba embarazada), por la maldición de una de sus víctimas (precisamente la que estaba embarazada) o por la intervención de las fuerzas divinas a las que no se cansa de despreciar (esta segunda peli tampoco es muy específica al respecto).
Por cierto, al hilo del estereotipo del científico chiflado que mencionaba antes, al final también hay una típica persecución por parte de una turba de aldeanos con antorchas enmedio de un pantano.
PD. La escena onírica del descenso al infierno, rodada en color (el resto de la película es en blanco y negro) es una puta maravilla lisérgica e hipnótica.