Sinopsis de «El maullido del gato»
Noviembre de 1924. A bordo de su yate, el Oneida, el magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst vivió una violenta velada con su amante, la corista Marion Davies, el director y actor Charlie Chaplin, el arruinado productor Thomas Ince y la columnista de cotilleos Louella Parsons.
Celos y balas
El maullido del gato, dirigida por Peter Bogdanovich, ofrece una versión libre de una de esas leyendas negras que pululan por la historia de Hollywood, una de tantas. Thomas H. Ince, productor cinematográfico en los primeros años de la era del cine, falleció en noviembre de 1924 en circunstancias poco claras. El certificado de defunción, las investigaciones llevadas a cabo y las declaraciones de los presuntos implicados varían y presentan aspectos contradictorios tanto en el motivo, como en el lugar y en la fecha exacta de la muerte. No voy a entrar aquí en el tema, hay varias páginas, libros y demás que detallan todas las variadas teorías, rumores y conspiraciones al respecto.
Además de ofrecernos una adaptación sobre ese fin de semana de noviembre de 1924, la peli presenta una interesante visión de la época de esplendor del cine mudo, aprovechando la presencia de estrellas destacadas de la época (William Randolf Hearst, Charlie Chaplin, Marion Davies, Louella Parsons, el propio Thomas Ince…) lejos de los focos, en un viaje de ocio, fiesta y desenfreno (aunque no tanto como cuentan otras crónicas sobre el mismo).
Más allá de una acertada recreación de los albores del cine y de tener una curiosa visión de los personajes históricos implicados, la película apenas consigue mantener el interés del espectador por ver qué es lo que va a pasar. Si ya conocías alguna versión sobre el suceso real que se adapta, te da igual cuál va a ser el desenlace, aparte de que se ve venir casi desde el principio. Si ves la película sin ninguna noción sobre lo que pasó aquel fin de semana vas a ver una insípida fiesta de ricachones en un yate de lujo con un final abrupto que, por otra parte, está muy mal planteado.
Lo cierto es que nada de lo ocurrido en el Oneida fue jamás confirmado por ninguno de los presentes.