El infinito (2018) – a Schrödinger le gusta esto

Póster de El Infinito

A Schrödinger le gusta esta película, pero es comprensible que a ti no, porque no tienes ni puta idea.

Contiuamos de tranqui tras el salto, con spoilers.

Fuera coñas, El infinito no es que sea para cinéfilos, gafapastas o «entendidos del género» (que no salen de casa porque tienen que darle de comer a sus arañas y escribir en filmaffinity), pero sí es cierto que has mamado mucho género no necesitas mayores explicaciones.

Bucles temporales independientes en un área cercada, controlada por una «entidad superior» de origen desconocido.

Esta sería la explicación a todo lo que ocurre en El infinito. Ya no nos metemos en alienígenas, religiones, proyectos militares ni nada… no hace falta, no tienes que tener una respuesta para todo, y si la necesitas, entonces no estás viendo el género de cine adecuado.

En resumen, dos hermanos consiguen escapar de una secta del fin del mundo para conseguir vivir por su cuenta… les espera una vida de mierda, currando 10 horas al día comiendo fideos y endeudándose para poder seguir malviviendo… Hasta que a uno de los dos se le ocurre la genial idea de «Oye, y si volvemos a la secta a ver qué tal les va?» Y como son imbéciles, van.

Entrando en detalle, ligeramente… uno de los dos hermanos es muy hostiable, el otro parece más cuerdo, pero cediendo a los chantajes emocionales del hostiable, se hace más hostiable aún.

Al llegar empiezan a pasar cosas raras: religión por un lado, ciencia por otro, entidad superior por otro… Qué es real y qué no? La verdad, que la película empiece con una cita de Lovecraft me hacía esperar otra cosa, pero no me quejo.

No diré mucho porque no hay mucho más que decir. Fotográficamente es decepcionante, filtros de after effects de la versión trial, música de mierda (destrozo de versión de The Animals) y actores completamente desconocidos (esto no es malo). El infinito es súper lenta, ojo! No esperes una acción del copón, porque no la vas a tener.

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