TITULO ORIGINAL	Die Hard with a Vengeance
AÑO	1995
NACIONALIDAD
DIRECTOR	John McTiernan
GUIÓN	Jonathan Hensleigh (Personajes: Roderick Thorp)
MÚSICA	Michael Kamen
FOTOGRAFÍA	Peter Menzies Jr.
REPARTO	Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Jeremy Irons, Graham Greene, Colleen Camp, Larry Bryggman, Anthony Peck , Nicholas Wyman, Sam Phillips, Kevin Chamberlin, Sharon Washington
SINOPSIS	Un hombre llamado «Simon» siembra el pánico en las calles de Nueva York haciendo explotar una serie de bombas y asegura que no dejará de hacerlo a menos que el agente John McClane acceda a jugar con él a un juego llamado «Simón dice». Con la ayuda de Zeus, un electricista de Harlem, el agente comienza una trepidante carrera para resolver las adivinanzas planteadas por el terrorista y, al mismo tiempo, para averiguar sus intenciones.

Y la saga por fín revive, Samuel L. Jackson era lo que necesitaba la saga, sin más. En esta película uno sorprende con el recital de frases descojonantes entre  McClane y Zeus. La acción vuelve a ser trepidante, las escenas son inmejorables y el guión es un primor.

También vuelven la camiseta de tirantes de McClane, sus míticas e ingeniosas ocurrencias (como lo de cruzar «por» el parque) y,el villano hermano de Hans Gruber, tiene carisma, muchiiiiiiisimo carisma, el grandioso Jeremy Irons, que también añade la nota cómica el cabrón, como uno más.

Se nos presenta un McClane resacoso pidiendo aspirinas a todo el que se le cruce, y un grandioso Zeus inteligente, ácido y humano…. pero nada de tonterías, aquí no se andan con medias tintas y toda la acción es desmesurada y bestial (rompen un tío por la mitad con una cadena), como debe ser qué caramba, ¡menos tonterías y al tema!.

El guión tiene infinitamente más de ingenio, por el juego de «Simon dice..» y otorga un buen puñado de despiporrantes situaciónes para que nuestros entrañables protagonistas interactúen (discutan) y ofrezcan risas por doquier, y no sólo eso, sino también secuencias repletas de frenesí y acción de la mejorcita, con McClane dando la talla de nuevo, como no.

Cierto que la trama la descubre cualquiera a mitad de película y se pasa un buen rato pensando en cómo es que nadie se da cuenta de lo que en realidad sucede…

Pero como buena película de John McClane, la policía, el FBi y las agencias gubernamentales han demostrado ser  un poco bastante borricos.

De todos modos sigo sin entender el juego de la garrafa de tres galones y la de cinco galones…. debe ser que soy de letras…

Aquí os dejo el trailer como siempre…

Fuentes: Wikipedia,  Filmaffinity y SensaCine