Cosas que importan, (título original One true thing) es un interesante drama íntimo y profundamente humano que realiza un conmovedor estudio sobre las dinámicas familiares, la decepción, el sacrificio y la dolorosa pero necesaria aceptación de la realidad. Dirigida por Carl Franklin (El ojo del águila 2, Un paso en falso, El demonio vestido de azul), adapta la novela homónima de Anna Quindlen, y está protagonizada por Meryl Streep (Los puentes de Madison, La habitación de Marvin, Antes y después), Renée Zellweger (El que caminaba solo, Jerry Maguire, El impostor) y William Hurt (Smoke, Romance en Nueva York, Jane Eyre).
Sinopsis de «Cosas que importan»
Ellen Gulden es una joven periodista, ambiciosa y exitosa, que se ve obligada a regresar al hogar familiar para cuidar a su madre, Kate, enferma de cáncer. Esta vuelta al hogar no sólo le cambia la vida a Ellen, sino que la obliga a replantearse las ideas que tenía sobre su familia, especialmente sobre su madre, a quien solo consideraba como un ama de casa tradicional, y su padre, George, un profesor universitario y escritor con fachada de intelectual bohemio y fascinante, pero emocionalmente ausente.
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Carl Franklin aplica en Cosas que importan su habilidad para construir atmósferas y explorar las complejidades psicológicas. Su dirección es sobria y empática, permitiendo que las emociones fluyan de manera orgánica sin caer en el melodrama. La película respira autenticidad, desde los diálogos realistas hasta la ambientación de la casa familiar, que se convierte en un personaje más.
El pilar fundamental de la película es, sin lugar a dudas, las actuaciones del trío protagonista.
Meryl Streep ofrece una interpretación sutil, conmovedora y desgarradora como Kate. Su transformación física y emocional a lo largo de la enfermedad es magistral, transmitiendo con una autenticidad palpable el cansancio, el dolor, pero también la dignidad y el amor inquebrantable. Con gestos pequeños y una sonrisa persistente incluso en momentos de sufrimiento, Streep convierte lo cotidiano en algo profundamente heroico.
Renée Zellweger, en uno de sus papeles más emotivos, logra capturar con autenticidad el proceso de aprendizaje emocional de Ellen, desde la frustración inicial, la resistencia y, finalmente, la creciente admiración y afecto por su madre, en un arco de personaje complejo y convincente.
William Hurt brilla como el intelectual a veces ensimismado y distante, que representa una masculinidad acomodada y complaciente y cuya humanidad se revela de manera más gradual y ambivalente.
La novela de Anna Quindlen (que está basada en una experiencia personal de la escritora) es adaptada con fidelidad y profundidad. Se exploran temas universales como la confrontación con la mortalidad, la reevaluación de las relaciones familiares, la complejidad del amor conyugal y el proceso de duelo anticipado. La película no rehúye los momentos incómodos o dolorosos, presentando una visión honesta de lo que implica cuidar a un ser querido enfermo y cómo eso redefine las prioridades y percepciones.
La historia, lejos de conformarse con el melodrama familiar tradicional, se sumerge con sensibilidad y honestidad en los conflictos que atraviesan la dinámica padre-madre-hija, el sentido del sacrificio, y la naturaleza compleja del amor. No hay giros forzados ni manipulaciones emocionales; en cambio, hay confianza tanto en la historia como en las actuaciones para comunicar el peso de las emociones. El tono general es introspectivo, y aunque la historia gira en torno a la enfermedad, lo que realmente se explora es la capacidad humana para ver, cuidar, y cambiar.
Trailer de «Cosas que importan»
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