Sinopsis de «Alphaville»
A Alphaville, una ciudad futurista situada en otro planeta, llega el periodista Ivan Johnson, siguiendo la pista del profesor Von Braun, creador de Alpha 60, la máquina que dirige la vida de los habitantes de la ciudad…
Buenos elementos de base, mala ejecución
Alphaville deber ser una de las películas más extrañas que he visto nunca. Y teniendo en cuenta alguno de los engendros que he comentado en estos tres últimos años y pico y alguno que otro de los cinco años anteriores a esos, eso es mucho decir.
Nos encontramos ante una distopía futurista ambientada en un planeta alienígena con elementos de espionaje y ambientación noir de sombrero y gabardina. Por supuesto, es ciencia-ficción de muy bajo presupuesto y todo eso del futuro y los mundos extraterrestres lo sabemos principalmente porque los personajes no se cansan de repetirlo. Esto, a priori, no es malo: un buen uso de la imaginación con un buen argumento y un buen desarrollo puede suplir casi cualquier carencia de escenario. El problema, en este caso, es que hay mucha imaginación, pero poco o casi nada de lo demás.
La cinta es muy irregular, no queda muy claro qué pretende contar la historia ni hacia dónde va, los actores dan la impresión de estar improvisando en todo momento, tanto en sus acciones como en sus diálogos. Y todos los temas interesantes, que los hay (supresión de las emociones, manipulación de los medios, guerra fría, control de masas, un régimen totalitario dirigido por una inteligencia artificial, etc.) quedan completamente diluidos por un tratamiento de los mismos completamente inadecuado.
Lo que no se puede negar es la influencia que esta peli ha tenido en multitud de producciones posteriores, desde Alpha 60 como precursor del HAL 9000 de 2001, una odisea del espacio, hasta ese peculiar interrogatorio tan similar al test Voight-Kampff de Blade Runner.