El Juez es una película dura, pero muy buena en su especie. Baila entre el drama y el thriller de tomar té con los amigos. La única pega es que dura más de 2 horas, aunque la sensación no se ha hecho presente porque no hay nada que sobre.

Continúo tras el salto, sin spoilers.

El combate de egos entre Robert Downey Jr. y Robert Duvall es cojonudo, terminando para mí, en un empate técnico, incluso con breves destellos de genialidad por parte de un buen Robert Downey Jr. acompañado de un buen guión.

La parte de Duvall tira más a lo emotivo de un abuelo que se olvida de las cosas y la degeneración que le prosigue a lo largo de la cinta.

El guión de Bill Dubuque, Nick Schenk y David Seidler es estupendo, y el reparto lo acompaña de manera magistral. Los momentos graciosos son graciosos porque lo son, y porque los actores han sabido representarlo para que lo notemos.

Sobre la historia… tenemos 2, y ninguna de ellas supone alguna novedad. Por un lado tenemos un juicio por ‘asesinato’, donde Robert Duvall (ex-Juez del pueblo) es el principal sospechoso, pero ‘es viejo y no recuerda haberlo hecho’, y Robert Downey Jr. (su hijo) se presta para defenderlo en el juicio. Por el otro lado tenemos el drama familiar de Robert Duval y sus hijos, ver cómo va enfermando a cada minuto, ver los duelos de egos entre familiares, el hermano rencoroso, la antigua novia, ver cómo ‘el hijo despreocupado’ finalmente es el más preocupado, y un largo etc. que todos habremos vivido en nuestras familias de alguna u otra manera.

No quiero entrar en spoilers porque es bastante reciente, así que me quedaré con lo siguiente:

El Juez merece la pena, mucho. El duelo de genios entre Robert Downey Jr. y Robert Duvall es fantástico, y aunque demasiado larga (2h21m), no se hace eterna.