El día de hoy, según nos hacen saber las grandes superficies comerciales, es uno de los más románticos del año. Así que voy a aprovechar este hecho completamente aleatorio en el tiempo para hacer un listado de algunas de mis películas de amor favoritas.
Y no, no va a ser una recopilación de comedias románticas.
El padre de Yu, después de quedarse viudo, se convierte al cristianismo y acaba ordenándose sacerdote. Siendo sacerdote mantiene una relación clandestina que termina en un desengaño, lo que le lleva a involucrarse más en los asuntos clericales de su parroquia y descuidar a su hijo. Yu, entonces, opta por cometer pecados cada vez mayores con el fin de poder confesárselos a su padre y llamar su atención.
Jigoku de naze warui? (Why Don’t You Play in Hell?)
AÑO
2013
NACIONALIDAD
Japón
DIRECTOR
Sion Sono
GUIÓN
Sion Sono
MÚSICA
Sion Sono
FOTOGRAFÍA
Hideo Yamamoto
REPARTO
Jun Kunimura, Shinichi Tsutsumi, Fumi Nikaido, Tomochika, Hiroki Hasegawa, Gen Hoshino, Tak Sakaguchi
SINOPSIS
Ikegami (Shinichi Tsutsumi) es un gangster que guarda rencor hacia un viejo rival llamado Muto (Jun Kunimura), de cuya hija Himizu (Fumi Nikaido) siempre ha estado enamorado. Hirata, un director de cine (Hiroki Hasegawa), y un hombre llamado Kouji (Gen Hoshino), también se ven involucrados en este enredo.
La última película, del gran Sion Sono es un compendio, ya no solo de su cine, sino de (casi)todo el cine de género japonés, donde un grupo de cineastas amateurs (que se hacen llamar the fuck bombers) tratan de realizar su primera película, en una trama, en la que se irán mezclando distintas épocas y personajes.
Desgraciadamente, pese a sus muchas virtudes, la película no termina de ser tan redonda como otros títulos del mismo director, la excepcional Love Exposure (la historia de amor más bizarra jamás vista) o la sobrecogedora Cold Fish (simplemente una obra maestra) debido a un metraje algo irregular exclusivamente pensado para su genial clímax.
Con un gran reparto (siempre al límite del histrionismo) y una excelente banda sonora, obra del mismo director al igual que el guion, que pese a sus deficiencias, nos muestra el gran amor por el cine, que desprenden sus imágenes.
El resultado, es toda una gozada para los amantes del humor nipón más bizarro, pero si sabes mirar más allá, verás una interesante reflexión sobre el cine, llena de nostalgia (ese proyeccionista) y muy mala uva.
No dejéis pasar la oportunidad de ver este gran homenaje al cine y no os perdáis las aventuras de The Fuck Bombers en su intento por realizar una película de verdad, a toda costa.