Y seguimos nuestro ciclo sobre el «peor director de cine después de Ed Wood», y lo hacemos a lo grande.
¡Qué interpretaciones!, ¡qué ritmo!, ¡qué tensión!… Ah! Que es el juego. Así sí.
De niño, Edward Carnby tuvo una prueba irrefutable de que existe un mundo más allá del nuestro. Ahora, veinte años después, Edward es un investigador de efectos paranormales. Ahora, el gran misterio del pasado de Edward está a punto de convertirse en el caso más peligroso al que se ha enfrentado jamás. Han desaparecido diecinueve personas, y comparten una sola cosa en común – todos han crecido en el mismo orfanato que Edward. Tratando de encontrar alguna respuesta, Edward descubre que se halló un antiguo artefacto de bastante energía de un remoto naufragio. En medio del creciente peligro, recurre a Aline Cedrac, una brillante antropóloga quien también es una antigua novia suya -y la única persona de la que realmente se fía. En un mundo de viejos demonios, civilizaciones perdidas, conspiraciones oscuras de gobierno, y de amenazas de muerte paranormales, Edward y Aline se alían para enfrentarse al enemigo supranatural diferente a todo lo que han visto hasta ahora un ser cuya propia existencia podría amenazar la humanidad entera.