Semillas de destrucción (2011) – soy gilipollas

Cartel de la película Semillas de destrucción

Sí, soy gilipollas. Algo evidente para muchos, pero que no me termino de convencer. Hasta ahora. Estaba viendo una peli random de La Sexta y eran tan mala que me dije, bah, para ver una mierda, al menos escógela tú… y me puse Semillas de destrucción en Amazon Prime Video.

Creo que ahora, además de gilipollas, tengo cáncer de cerebro.

Fotograma de la película Semillas de destrucción

Dos militantes ecologistas son testigos del rápido crecimiento de un sistema de raíces gigantescas que se extiende por todo el país y comienza a provocar serios cataclismos. Al mismo tiempo, un agente del gobierno contacta con una experta en plantas para intentar evitar el desastre, que parece estar originado en los experimentos secretos de un científico. Comienza entonces una carrera contrarreloj para intentar acabar con las raíces antes de que lleguen al océano.

Y después de leer esto decidí darle a play… si es que no tengo puto remedio.

De verdad, Semillas de destrucción no hay por dónde cogerla. Es una película tan mala y tan mal hecha que hace quedar bien a los actores escogidos y hasta llegas a sentir un poco de pena por sus carreras.

La película tiene 4 efectos especiales:

  • Las raíces creciendo, hechas con una app de iPhone 4, que hasta han tenido el detalle de ponerles una especie de manitas en los extremos.
  • Un helicóptero y 3 aviones. Ni se han molestado en cambiar los fondos sobre los que vuelan, porque se repiten siempre que salen.
  • Las grietas en la carretera, tan bien hechas que sólo rompe en líneas rectas. No se descargaron el plugin adecuado para After Effects.
  • Una explosión que haría llorar, y no de emoción, a Michael Bay.

Semillas de destrucción es mala, es evidente y está mal hecha. Es una completa pérdida de tiempo. Hacerte cortes en el pene con un cutter me parecería una mejor inversión de tiempo.

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