
Nexus 2.431 es una coproducción entre España, Reino Unido y la República Checa, que supuso un intento del mítico director español José María Forqué (Juegos de cama, La mujer de la tierra caliente, El canto de la cigarra) por incursionar en el género de la fantasía y la ciencia ficción, con un estilo visual que evoca producciones de serie B de la época. Protagonizan Oliver Tobias (La dama perversa, Mata Hari, Operación Nam), Jeremy Gilley (que debuta aquí y después tampoco hizo nada especialmente destacable), Oona Kirsch (Forever Young, El proscrito de Dios) y Cristina Goyanes (Otra vuelta de tuerca).
Sinopsis de «Nexus 2.431»

En el año 2431, los supervivientes de la Tierra, destruida por una explosión solar, encuentran refugio en el planeta Taron, gobernado por Tarn, un tiránico inmortal que se encapricha de la princesa terrícola Zhylia, desatando un conflicto que nos arrastra por una odisea de espadas, brujería y tecnología barata.
Una distopía existencial con alma ibérica
José María Forqué fue un director bastante ecléctico, capaz de transitar del drama social a la comedia más disparatada con una solvencia envidiable. Sin embargo, su última película, Nexus 2.431, parece una nota disonante en una sinfonía de éxitos. Estrenada en 1994, cerca del final de su vida, esta ambiciosa incursión en la ciencia ficción se siente más como una reliquia de otro tiempo que como un broche de oro a una carrera brillante.

La historia parte de un guion original titulado «Espadas y brujería», escrito por Juan Piquer Simón para intentar aprovechar el tirón comercial del Conan cinematográfico. El texto fue replanteado por José María Forqué y su hijo Álvaro, transformándolo en una opereta deudora de la fantasía épica y la ciencia ficción de los años 80, pero con un presupuesto y unos medios que no le hacen justicia.
Lo más doloroso de la película son los breves momentos en los que se puede atisbar lo que pudo haber sido. Hay escenas en las que Forqué intenta dotar a la historia de un humanismo y una cercanía que recuerdan al maestro de la comedia costumbrista que fue, pero estos instantes se ahogan en un mar de decisiones visuales desafortunadas y un tono que oscila sin rumbo entre la fantasía solemne y el camp.

La película carece de la chispa y el dinamismo que uno esperaría de un relato de aventuras. Las escenas de acción son torpes y carentes de ritmo, y los efectos especiales, que debieron ser un punto clave, parecen sacados de una producción de serie Z, con maquetas poco convincentes y un croma que chirría en cada plano. El guion es un revoltijo de clichés del género, con personajes unidimensionales y un desarrollo narrativo predecible. La ambigüedad moral de las mejores películas del director es reemplazada por un claro maniqueísmo que empobrece la historia.
No es una obra maestra, ni lo pretende, pero si estás en vena de ciencia ficción retro con un toque camp, esta aventura mediática puede regalarte un rato curioso frente a la pantalla.

Trailer de «Nexus 2.431»
[imdb]tt0107677[/imdb]