Una de las películas más desconocidas de Uwe es también una de las mejores. Siguiendo la tónica de sus últimos años, la realización es más digna de un director de cine con tantos años (y bodrios) a sus espaldas y la historia se desarrolla adecuadamente.
Periodistas estadounidenses en Sudán se enfrentan a la disyuntiva de volver a casa para informar sobre las atrocidades que han visto, o para quedarse y ayudar a algunas de las víctimas que han encontrado.
No es que el autor consiga hacer una preciosa alegoría del amor/odio entre distintas creencias basándose en un genocidio real. Tampoco intenta ocultar nada y pica de todo un poco: el pasotismo gubernamental y militar ante unos macarras de barrio convertidos a guerrilleros haciendo de las suyas en una aldea. Vamos, lo que todos esperábamos. Lo predecible o no del tema no consigue alejarme del visionado de esta obra, que sigo hasta el fin con el corazón en un puño, a ver si alguien pone en cintura a estos macarrillas… pero claro, ¿qué esperáis que pase?
Poco que destacar de las correctas actuaciones; el staff presenta a la turgente Kristanna Lokken («Terminator 3», «Bloodrayne») como actriz más conocida. Ésta interpreta a una responsable de naciones unidas que poco más pinta aparte de hincharles globos a los niños.
Reconoceremos también a Edward Furlong («American History X», «Stoic») pero, realmente, los que tendremos delante continuamente serán Hakeem Kae-Kazim (el militar al que le toca pringar acompañando a los ojeadores), David O’Hara (el único con un poco de huevos para intentar hacer algo, aunque sea un mínimo) y al malvadísimo Sammy Sheik («Transformers 3»), que interpreta a la perfección un personaje con el que disfrutaríamos el quedarnos a solas.
Tiene un 5,7 en imdb… ¿a qué esperáis para verla?