Después de perder el tiempo con las secuelas de Spider-Man, Sam Raimi (Un plan sencillo; Entre el amor y el juego; Premonición) vuelve con Arrastráme al infierno (Drag me to Hell) a sus raíces del género splatter con una película que es un homenaje glorioso a su propio legado, especialmente a la saga de Posesión infernal (Evil dead). Protagonizan Alison Lohman (Big Fish; Un golpe de suerte; Cosas que perdimos en el fuego), Justin Long (Rebelión adolescente; Atrapado por amor; Dos canguros muy maduros) y Lorna Raver (Freeway (Sin salida); The Caller).
Sinopsis de «Arrastráme al infierno»
Christine Brown, una joven ambiciosa que trabaja en un banco, busca un ascenso. Para demostrar su valía, decide negarle una prórroga hipotecaria a una misteriosa anciana gitana, la señora Ganush, una decisión que la persigue de la manera más literal y aterradora posible.
Una fábula moral disfrazada de pesadilla cómica
Arrastráme al infierno es una montaña rusa de horrores que se balancean magistralmente entre lo macabro y lo hilarante, con un estilo visual desbordante. Raimi utiliza todos los trucos de su arsenal: ángulos de cámara holandeses, humor grotesco, sobresaltos perfectamente orquestados, un diseño de sonido que hace que cada suspiro y cada mosca zumbante se sientan ominosos, y un ritmo narrativo que no da tregua.
La película no se toma demasiado en serio a sí misma, pero tampoco se burla de su premisa. El humor negro es una constante, pero siempre sirve para aliviar la tensión antes de golpearte con el siguiente susto. El director demuestra su maestría en la construcción de atmósferas inquietantes, inspirándose en clásicos como La noche del demonio de Tourneur. Se juega en todo momento con la tensión y el absurdo, alternando momentos de verdadero terror con escenas que rozan lo caricaturesco. La escena del aparcamiento, con la señora Ganush pegajosa y sin dientes, es una clase magistral de slapstick infernal.
Más allá de los sustos y las tripas, la historia es una fábula moral sobre la ambición y la culpa. La protagonista toma una decisión pragmática, pero cruel, por razones egoístas, y recibe un castigo que es a la vez exagerado y, en su propia lógica, justo. El final, en particular, es un golpe bajo que redefine el género y subraya el mensaje de que algunas malas decisiones tienen consecuencias verdaderamente infernales.
Trailer de «Arrastráme al infierno»
[imdb]tt1127180[/imdb]