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Padre no hay más que uno (2019), humor blando

TÍTULO ORIGINAL:
Padre no hay más que uno
NACIONALIDAD:
España
AÑO:
2019
DURACIÓN:
96 min.
DIRECTOR:
Santiago Segura
GUIÓN:
Marta González de Vega, Santiago Segura
FOTOGRAFÍA:
Ángel Iguacel
REPARTO:
Santiago Segura, Toni Acosta, Silvia Abril, Leo Harlem, Luna Fulgencio, Carlos González Morollón, Calma Segura, Sirena Segura, Martina D’Antiochia, Anabel Alonso, Pepa Charro, Wendy Ramos, Fernando Gil, Goizalde Núñez, Marta González de Vega, Carlo D’Ursi, Pilar Calvo Morillas

Sinopsis de «Padre no hay más que uno»

Javier es lo que hemos bautizado como un “marido-cuñao”. Ese que sin ocuparse en absoluto de lo que supone el cuidado de la casa y de los niños, sabe perfectamente qué es lo que hay que hacer, y que continuamente regala a su mujer frases del tipo: “Es que no te organizas”, o “No te pongas nerviosa”. Javier tendrá que enfrentarse a la realidad que supone bregar con cinco hijos (de entre cuatro y doce años) cuando su mujer decide irse de viaje y dejarle solo con ellos.

Crítica sin chicha

Padre no hay más que uno es la versión española de la película argentina Mamá se fue de viaje (2017). Santiago Segura parece que le ha cogido gustillo a esto de adaptar pelis producidas más allá del charco, tal como hizo el año pasado con Sin rodeos. No conozco la obra original (y pocas ganas me han quedado de verla), así que no sé si se trata de nuevo de un calco casi literal, o si aporta algo nuevo. Eso sí, en esta ocasión, el nivel de «amiguetismo» es muy bajo, no sé si porque Segura confiaba en la calidad de la cinta, o si porque no ha encontrado a nadie que quisiera participar en ella… o lo mismo es que ya le parecía suficiente con haber colado a media familia en el reparto ^_^ .

Historia de inversión de roles en una familia numerosa, algo que ya se ha visto un buen puñado de veces, y mucho mejor contado. Con un tono de humor muy blanco y simplón, salvo un par de ocasiones puntuales, especialmente puestas para escandalizar de forma descarada al público más recatado. Curiosamente, al igual que en Sin rodeos, el aparente conflicto central de la película vuelve a quedar desdibujado en el resultado final, que aplaude y legitima aquello que se supone que está criticando, es decir, el sistema patriarcal familiar y la corresponsabilidad en la educación de los hijos visto desde una perspectiva rancia de lo más tópico.

Parece que la cosa ha tenido mucho éxito y la productora amenaza con secuela el año que viene. Vamos, es como si en un examen sacas mejor calificación que aquel al que has copiado.

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