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La lámpara (1986), cutre con ganas

La lámpara - poster
TÍTULO ORIGINAL:
The Outing
NACIONALIDAD:
Estados Unidos
AÑO:
1986
DURACIÓN:
85 min.
DIRECTOR:
Tom Daley
GUIÓN:
Warren Chaney
MÚSICA:
Bruce Miller, Joel Rosenbaum
FOTOGRAFÍA:
Herbert Raditschnig
REPARTO:
Deborah Winters, James Huston, Scott Bankston, Red Mitchell, André Chimene, Damon Merrill, Hank Amico, Blue Deckert, Michelle Watkins

Sinopsis de «La lámpara»

Un grupo de adolescentes pasan furtivamente la noche dentro de un lúgubre museo de historia natural. Una de las chicas es la hija del director Al Wallace. Esa misma mañana han recibido en el museo una lámpara procedente de Irak a la que le suponen 3000 años de antigüedad y que será la culpable de que la juvenil escapada acabe en un sangriento y trágico suceso.

Pide un deseo

La lámpara es una película de terror de serie sub-B de los nostálgicos ’80. La vi un par de veces hace años en uno de esos ciclos molones que había antes en las recién nacidas cadenas privadas, y tenía un recuerdo bastante majo de ella. Hace poco me la encontré, volví a verla y casi mejor no haberlo hecho 🤔. También puede ser que, en mi deteriorada memoria, la confunda (o la mezcle) con otra de características similares: un genio con mala leche, un grupo de adolescentes atrapados en un museo, sangre y muertes…

Resumiendo, la historia tiene un buen comienzo, un nudo pésimo y un desenlace aceptable. El robo en la casa de la anciana que escondía la lámpara engancha y genera intriga de la buena. Después, toda la parte del instituto con el grupete de amigos que decide que molaría un montón colarse para pasar la noche en el museo, y los patéticos abusones gastando bromas de patio de colegio, es bastante soporífera y parece que nos han cambiado de peli mientras no mirábamos. Ya cuando el genio se manifiesta en todo su esplendor y vuelve a haber muertes, sustos y cosas, lo único que estamos deseando es que el suplicio termine rápidamente.

Eso por no mencionar las incoherencias y los sin sentidos, como el hecho de que se supone que el genio se mueve por el inadvertido deseo que pronunció la protagonista pidiendo la muerte de su padre durante una pataleta, aunque luego se dedique a matar a todo lo que se le pone a tiro, independientemente de que haya o no un deseo por en medio. O el desastroso montaje que hace que desaparezcan personajes sin más o que alguno muera fuera de escena sin más gloria ni lucimiento.

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