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Proyecto Rampage (2018) – el Donkey Kong mola más

Proyecto Rampage es un intento de ponernos tiernos con una película que va de un gorila gigante acompañado de un mono creado por CGI. Bromas aparte, Rampage es una película bastante mala, carente de guion y dirección, pero que sabe compensar con buenas dosis de acción. El resultado es muy mejorable, pero puede ser entretenido.

El primatólogo Davis Okoye (Johnson), un hombre que mantiene las distancias con otras personas, tiene un sólido vínculo con George, el extraordinariamente inteligente gorila de espalda plateada al que ha estado cuidando desde que nació. Pero cuando un experimento genético sale mal, este apacible simio se convierte en una enorme y embravecida criatura. Para empeorar más las cosas, pronto se descubre que existen otros animales con la misma alteración, y estos depredadores alfa recién creados comienzan a arrasar Norteamérica destruyendo todo lo que interpone en su camino.

La crítica la puso por los suelos, pero siendo sinceros, ¿qué esperaban? metafísica de fumar en pipa estilo Jodorowsky? No hijo no, aquí sólo hay una excusa (mala) para empezar a pegar tiros a diestro y siniestro y encontrar momentos ñoños con una mole peluda generada por ordenador.

Es verdad que Rampage es mala como ella sola, pero tiene ciertos elementos simpáticos que consiguen que no quedes dormido. El carisma de The Rock (pésimo actor, grandísima persona) y los bichos bien hechos son lo único que mola. La historia es un cagao y la dirección estaba por estar.

Si vas a ver la película como lo que es, un entretenimiento de un par de horas, hasta te lo puedes llegar a pasar bien. Si vas buscando CINE… sigue buscando.

Y poco más se puede decir. Viendo el cartel y quien sale, tú decides si la ves o no. Yo la he visto, y me gustó algo más que Rascacielos, pero no mucho más.

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