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Ovejas asesinas (2006), zine de serie beeeee

ovejas asesinas - cartel

TÍTULO ORIGINAL Black Sheep
AÑO 2006 NACIONALIDAD Nueva Zelanda
DIRECTOR Jonathan King
GUIÓN Jonathan King
REPARTO Nathan Meister, Peter Feeney, Danielle Mason, Tammy Davis, Oliver Driver, Tandi Wright, Glenis Levestam
SINOPSIS En una remota granja de Nueva Zelanda, los desechos de un experimento genético que busca crear la «oveja perfecta» se escapan de las estrictas medidas de eliminación de residuos por culpa de la intervención involuntaria dos activistas medioambientales (tonta ella, mucho más tonto él) y provocan que miles de ovejas se conviertan en sanguinarias fieras carnivoras.

«Ovejas asesinas» es de ese tipo de películas que no se califica como buena o mala, sino que o es pasable o es una atrocidad insoportable del montón (cuentan las leyendas que hay algunas pocas elegidas que incluso llegan a entrar en el olimpo de las joyas más cutres). Este caso es un aprobado justito.

Cumple eficazmente con lo que esperamos ver y poco más. Tenemos ovejas asesinas, que van matando gente de forma bastante sangrienta. Hay gore, tripas y desmembramientos, sin pasarse. Los efectos están currados y no cantan demasiado (claro, son de Weta Workshop). Y hay algunos (pocos) golpes de humor que hacen la cosa más llevadera. No es mala hasta el aborrecimiento, pero ni tiene momentos excesivamente terroríficos, ni es suficientemente graciosa como para acabar de pasarlo bien del todo.

Uno de los protagonistas tiene fobia a las ovejas, lo cual podría dar lugar a miles de situaciones ingeniosas, angustiosas o terribles. Pero no.

El otro prota, es primo de Pedro el cabrero (el de Heidi), y es lo más salvable de la peli. Todas sus intervenciones son oro puro. En serio.

La tercera en discordia es una hippi activista por los derechos de los animales, y es bastante sosita, además de que es activista por su novio, que se cayó de cabeza cuando era pequeño y no en la marmita de la poción mágica precisamente.

Hay situaciones poco aprovechadas, de poca tensión, nulo suspense, y pocos momentos de verdadero mal rollo (hay, por ejemplo, un paseo por unos subterráneos estrechos bajo el monte, donde los protagonistas acaban arrastrándose escapando de las ovejas, y la escena no transmite nada de agobio, ni claustrofobia, ni angustia…).

Oh, como la película es neozelandesa hay un par de planos aereos de los personajes caminando de un sitio a otro. Debe ser algo genético. O cultural. O un aprovechamiento de planos descartados, porque como no se ve quienes salen en las escenas, podría ser cualquiera.

También tenemos algún que otro pequeño homenaje a «La noche de los muertos vivientes», «Un hombre lobo americano en Londres» y, como no, a «Braindead».

En conclusión, casi-90 minutos entretenidos, que uno no lamenta haber dedicado a ver «Ovejas asesinas», pero que también podría haber dedicado a otra cosa igual de productiva, como ver crecer el moho en la pared, por ejemplo.

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