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«Las vampiras» – Chupasangres al Sol

vampyros-lesbos

TÍTULO ORIGINAL Vampyros lesbos
AÑO 1971
NACIONALIDAD España / Alemania
DIRECTOR Jesús Franco
GUIÓN Jaime Chávarri y Jesús Franco sobre la novela de Bram Stoker
MÚSICA Jesús Franco, Manfred Hübler, Sigi Schwab
FOTOGRAFÍA Manuel Merino
REPARTO Ewa Strömberg, Soledad Miranda, Andrés Monales, Dennis Price, Peter Paul Muller, Heidrun Kussin, Michael Berling
SINOPSIS Linda, una agente inmobiliaria, asiste a un espectáculo erótico en un club nocturno, donde queda fascinada por la actuación de una bella joven. Cuando, por motivos de trabajo, viaja a una isla para arreglar unos papeles de la propiedad de la condesa Nadine, descubre que ésta es la misma mujer que actuaba en el night club y que se aparece en unos extraños sueños que tiene cada noche.

Adaptación (muy) libre del «Drácula» de Bram Stoker, en tono de fantaterror erótico, llevado a cabo por Jess Franco, uno de los cineastas españoles más polifáceticos, del que creo que aún no se había comentado nada en Zinemaníacos. Sirve esta modesta entrada como homenaje al realizador, que nos dejó el pasado 2 de abril.

«Vampyros Lesbos» es el clásico que suele ser reconocido de forma unánime como una de las mejores películas de Jesús Franco, que además de dirigir, se encargó de componer la banda sonora y de co-escribir el guión (aunque Jaime Chávarri siempre ha negado su participación en esto).

Apenas un par de años antes, el director ya había realizado una adaptación del «Drácula» de Bram Stoker, con el mítico Christopher Lee ejerciendo (lógicamente) de vampiro; el propio Jess Franco ha negado en varias ocasiones que «Las Vampiras» sea otra versión de esa historia, sino que parte de otro relato de Stoker, pero los paralelismos son demasiado evidentes, y los cambios meramente estéticos, siendo el principal el cambio de sexo de los protagonistas.

En el momento de su estreno, las distribuidoras españolas recortaron las escenas lésbicas y de desnudos, eliminando casi 20 minutos de proyección, resultando una película inconexa e incomprensible, y no es que la narración de la versión íntegra sea un alarde de claridad y coherencia, porque lo realmente destacable de «Las Vampiras» no es su calidad narrativa, sino el potencial evocador de sus imágenes, en el que se mezclan bellos paisajes reales, mundos oníricos sujetos a diferentes interpretaciones, y la existencia de historias dentro de historias que tornan nebulosa la frontera entre lo que es real y lo que es ficticio.

En otros países se estrenaron versiones íntegras (o casi), recibiendo calificaciones referentes a su alto contenido sexual, y siendo en ocasiones rebautizada, ya que ni siquiera el título original era del gusto de los distribuidores. Así, en Sudamerica se llamó «El signo del vampiro»; en Alemania «Im Zeichen der Vampire», «Schlechte Zeiten für Vampire», o «Das Mal des Vampirs»; y en algunas distribuciones internacionales podemos encontrar los títulos de «The Heiress of Dracula», «The Heritage of Dracula», «The Sign of the Vampire», «The Strange Adventure of Jonathan Harker», o «The Vampire Women».

No se puede cerrar un reseña sobre «Vampyros Lesbos» sin mencionar a Soledad Miranda, la sensual y enigmática Condesa Nadine, que se convirtió en una musa del cine de terror gracias a su participación en la ya mencionada «El Conde Dracula», y que con su actuación en «Las Vampiras» pasó a ser todo un mito erótico por derecho propio; especialmente destacable el número con el maniquí y el candelabro. Desgraciadamente, pocos meses después de finalizar el rodaje, murió en un accidente de coche cuando se dirigía a firmar un contrato con un importante productor de cine alemán.

Uno de los temas de la banda sonora, «The Lions and the Cucumber», compuesto por el propio Franco, fue utilizado en una escena del filme «Jackie Brown» por Quentin Tarantino, quien ha reconocido varias veces su predilección por la filmografía del tío Jess y, especialmente por este título.

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