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Immortals (2011) – o cómo cagarse en la cara del espectador…

Cartel de la película Immortals

Sinopsis de Immortals

Un terrible peligro amenaza la Tierra: enloquecido por el poder, el brutal rey Hiperión (Mickey Rourke) ha declarado la guerra a los hombres. Después de reunir a un ejército sediento de sangre formado por soldados que él mismo mandó desfigurar, Hiperión quema Grecia mientras busca un arma de poder inconcebible: el legendario arco Epiro, hecho por Ares en el Olimpo. El hombre que posea ese arco podrá liberar a los Titanes, que están encerrados en el monte Tártaro desde el principio de los tiempos, y claman venganza. Sin embargo, en manos de Hiperión, el arco significaría la destrucción de la raza humana y la aniquilación de los dioses. Pero, como la ley prohíbe que los dioses se entrometan en los conflictos humanos, nada pueden hacer para detener al rey. Pero la esperanza renace cuando Zeus encomienda al campesino Teseo (Henry Cavill) la misión de acabar con Hiperión. Después de reunir a un grupo de hombres entre los que se encuentra la visionaria sacerdotisa Fedra (Freida Pinto) y el astuto esclavo Stavros (Stephen Dorff), el héroe se pondrá al frente de la rebelión.

Sinceramente… ojalá Immortals no hubiera pasado de la sinopsis. Pero no, finalmente decidieron gastar 110 minutos de carrete.

Ahí te va la cuchillada gorrinera

Esta película consigue que la mitología griega apeste. Me explico: fotográficamente la película está muy bien, del orden de 300 (sin llegar a la suela de las sandalias de Zack Snyder), incluso los protagonistas y sus interpretaciones son correctas (sin sobresalir… ni siquiera el futuro hombre de acero Henry Cavill). Lo que falla aquí es el guión…

Los hermanos Charley y Vlas Parlapanides, guionistas de la película, han ido a la biblioteca de su pueblo, han cogido unos cuantos libros de mitología clásica, los han abierto, colocado cómodamente sobre el suelo de su casa y han defecado sobre ellos el producto de 12 días seguidos cenando callos. Posteriormente han arrancado hojas sueltas de cada libro, los han encuadernado en uno sólo, y han vuelto a defecar sobre él. El resultado final? El guión de «Immortals»: una mezcla de mierda y mitología griega.

Una reinvención, innecesaria y mal hecha sobre el mito de Teseo, el minotauro, el arco Epiro, etc…

Tarsem Singh hace lo que puede con ese guión, y gracias a Brendan Galvin (director de fotografía) consigue sacar un producto medianamente tragable. De todas formas no es una película por la que merezca la pena pagar, ni en la que merezca la pena invertir 110 minutos de nuestro tiempo.

Curiosamente, aún con la mala crítica recibida por diversos medios, la película ha cubierto gastos y casi doblado su presupuesto en la taquilla (220 millones recaudados sobre 120 de inversión, no está nada mal).

En fin, ahí os suelto el trailer, y si la habéis visto, comentadnos qué os parece 😀

Tráiler

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