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Gunan, el guerrero (1982), una de bárbaros muy barbaros

Gunan - poster

TÍTULO ORIGINAL:
Gunan il guerriero
NACIONALIDAD:
Italia
AÑO:
1982
DURACIÓN:
81 min.
DIRECTOR:
Franco Prosperi
GUIÓN:
Piero Regnoli
MÚSICA:
Roberto Pregadio
FOTOGRAFÍA:
Pasquale Fanetti
REPARTO:
Pietro Torrisi, Malisa Longo, Giovanni Cianfriglia, Emilio Messina, Rita Silva, Fortunato Arena, Alba Maiolini

Sinopsis de «Gunan, el guerrero»

En una época antigua, antes de la civilización, está escrito que nacerá un niño con el nombre de Gunan, que está destinado a hacer grandes cosas. No obstante, la madre del niño da a luz a mellizos, y muere poco despues junto con todo su poblado, que resulta arrasado, si bien sus hijos sobreviven.

El invencible Rey de los Bárbaros

Gunan, el guerrero es una casposa película italiana que buscaba rebañar el éxito del género de espada y brujería iniciado por Conan el bárbaro, que se estrenó en Italia un día después 😀 . Como buen subproducto de serie sub-Z roba recicla escenas de otras producciones, en este caso podemos ver alguna secuencia de Hace un millón de años, por ejemplo.

La peli empieza con una voz en off que nos pone en antecedentes del origen del universo y la importancia de las estrellas en el devenir de los acontecimientos. Usando un rimbombante lenguaje, divaga alegremente con referencias a «alineaciones planetarias bajo la influencia de la quinta iluminación», «el cuarto milenio de la tercera generación en la séptima luna» y disparates similares, y nos presenta la profecía por la cual nacerá un niño destinado a convertirse en un líder carismático que traera la paz al mundo y llevará el nombre de Gunan… pero la madre tiene la tremenda osadía de dar a luz gemelos. Al mismo tiempo que se produce el nacimiento, la terrible tribu Ungat liderada por Nuriak, que quiere evitar la profecía, ataca el poblado acabando con casi todos sus habitantes. La comadrona consigue escapar con los bebés, que finalmente son adoptados por la tribu de las Kuniat, una especie de amazonas, que los crían, los educan y los entrenan.

La naturaleza, ofendida por el nacimiento de los gemelos que es un claro desafío de la humanidad hacia la profecía, desata la furia de los elementos y provoca virulentos cataclismos… pero se le pasa pronto la rabieta y no tiene mayor trascendencia.

El chico de la profecía

Durante su crecimiento, los gemelos rivalizan por saber quién será digno de llamarse Gañán Gunan, hasta que las Kuniat deciden que participen en una ginkana y el ganador será el auténtico. Curiosamente, el perdedor resulta ser el más fuerte y espabilado (no mucho más) y, poseído por «el espíritu guerrero de la novena luna», decide partir antes que su hermano para eliminar a Nuriak, vengarse por el exterminio de su pueblo… y ocupar su puesto. Como tampoco era tan espabilado, cae en una emboscada ridícula y muere decapitado.

Gunan sale en busca de su hermano, elimina a varios Ungat (o sea, a los mismos más de una vez) y se enfrenta a Nuriak, pero le disparan a traición una flecha que le atraviesa el pecho. Gravemente herido, consigue huir antes de que lo rematen. La flecha resulta ser mágica y va desplazándose hacia el hombro sin causar mayores daños. Gunan se arrastra de vuelta al poblado de las Kuniat y llega justo en el momento en el que traen a unas prisioneras. Resulta que las Kuniat son estériles y, en los ratos libres, se dedican a secuestrar chicas de pueblos vecinos para soltarlas entre sus esclavos con el fin de prolongar su estirpe (¿?).

La herida de Gunan se cura después de una noche de siesta, dejándole una triste cicatriz que finalmente también desaparece. Mientras se da un paseo por la playa para recuperar fuerzas, se tropieza con Lenne, una de las chicas secuestradas que se estaba dando un baño sin nadie que la vigile, lo más normal. Rápidamente conectan gracias a sus dotes conversacionales («No tengas miedo, soy un amigo, ven p’acá…») y a lo mucho que tienen en común. A Marga, la suma sacerdotisa de las Kuniat, esto no le hace mucha gracia, porque se había enchochado con Gunan, así que lleva a Lenne con Nuriak para atraer a Gunan y acabar con él.

Cuando el resto de las amazonas Kuniat se entera de la jugada, se cabrean mucho porque Gunan les cae bien, así que Marga juega la baza de «lo siento mucho, no volverá a ocurrir» y todos tan amigos. Las Kuniat van en pelotón a ayudar a Gunan, que había caído en otra emboscada de los Ungat y las estaba pasando bastante putas. Al final Nuriak muere, los buenos ganan y todos felices. Pitufín.

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