TÍTULO	El clavo de oro
AÑO	2014	NACIONALIDAD	España
DIRECTOR	Antonio del Real
GUIÓN	Fermín Cabal, Antonio del Real
REPARTO	Juanjo Artero, Marta Calvó, Guillermo Casta, Manuel de Blas
SINOPSIS	“El clavo de oro” está ambientada en un pueblo ficticio, en el año 1996, donde ocurren unos sucesos relacionados con las tradiciones de Semana Santa y las fiestas populares. A este pueblo llegan Jaume Raventós, director de escena “experto en rituales y ceremonias” y su joven ayudante Mercedes para dirigir un proyecto artístico relacionado con la Semana Santa y los festejos del pueblo. Las ceremonias han estado prohibidas por el Arzobispado por un hecho dramático sucedido hace veinte años. Pero, de nuevo, dos décadas después, hay vía libre para la representación de ‘El clavo de oro’. Solo hay una condición: que no haya apedreamiento.

El clavo de oro… El clavo de oro… así se llama esta mierda a la que dieron tanto bombo en la publicidad de TVE y por la que decidimos en casa dejar de lado ver un par de episodios de nuestras series habituales (hasta realizarme una colonoscopia con una Betacam sería más placentero). No me voy a olvidar de este nombre en mucho tiempo.

Si sólo fuera mala, vale, pero es que además de mala dura 2 horas (sin publicidad), y sólo hay un personaje que puede llegar a hacer algo de gracia como la alcaldesa, aunque si hubiera sido interpretada por Yolanda Ramos o Silvia Abril, habría ganado muchos más puntos y a lo mejor llegaba al final de la peli sin ser cansina. No fue así.

Continúo tras el salto.

La película intenta ser, sin éxito, un híbrido entre un mal-thriller y Amanece que no es poco. Y no le llega a la suela de los zapatos ni a uno ni a otro.

Mal thriller?

Sí, aunque gran parte de la culpa la tiene TVE, por poner un adelanto de 6 minutos justo antes de la peli, donde te revientan quién es quién, de dónde viene, y quién es el asesino… No sabes porqué está asesinando, pero ya sabes quién es y a quién va a asesinar… Gracias TVE. Distéis en el clavo (de oro).

Si ignoramos este larguísimo adelanto-spoiler y nos centramos en la peli, a los 5 minutos aparece el asesino y dices ‘es él’, e inmediatamente después lo corroboras con la primera muerte.

Al final del artículo, te resumo esta mierda de película, final incluido, para que no la tengas que sufrir.

Personajes y situaciones nos recuerdan a un quiero pero no puedo de Amanece que no es poco (1989), la genial obra del absurdo dirigida por José Luis Cuerda. Quiero, porque quieren crear escenas de absurdo y risa floja, y no puedo porque no lo consiguen. Como dije arriba, sólo la alcaldesa tiene un papel interesante; los demás, aburren desde el minuto 1. Ni el director de escena ni su ayudante, supuestos personajes principales de la trama tienen una relevancia más allá de ‘ser amantes’ y decirlo. El asesino pierde el glamour al ser descubierto al empezar la película y más adelante lo único destacable que hace es morir. Al final el único momento gracioso es ver a ‘un apostol de la última cena vestido con falda escocesa y jersey de la policía nacional’.

Cuando parece que la cosa no puede ser peor y te acercas a las 2 horas de visionado y hastío, pasa algo que hace que vuelvas a tener un interés por continuar viendo – ojo spoilers en cursiva, sáltatelos si no quieres leerlos-…

El asesino vacía un bote de Estricnina en la masa del pan de la única panadería del pueblo. En ese momento piensas, ‘qué guay, por fin algo de acción!’, pero todo se queda en una escena al final de la peli, con el asesino ya muerto, y la furgoneta de reparto del pan vendiendo en la plaza del pueblo… No llega a morir nadie. Chasco, y con la entrada de créditos posterior, mala hostia.

En fin, El clavo de oro no merece en absoluto la pena dejar nada de lado por ver esta bazofia. Si hubieramos visto esta imagen antes, y su redacción, quizá habríamos estado más espabilados y no la habríamos visto.

Hale, aquí tenéis este truño completito para que lo sufráis, aunque os aconsejo que no lo hagáis, y después un breve resumen por si os queréis ahorrar el mal trago.

Resumen de El clavo de oro

Un niño ve cómo su padre es apedreado por el pueblo en una tradición tan clásica y culturalmente enriquecedora como el toro de Tordesillas o tirar una cabra del campanario. El niño decide vengarse, para lo que espera 20 años. Va al pueblo y se carga a todo quisqui. Al final muere con un porrillo de balas entre pecho y espalda.