Siguiendo el estilo argumental de El pueblo de los malditos (1960), y antes del remake de 1995 a manos de John Carpenter -interesante pero frío-, tenemos Cromosoma 3, una de las obras maestras de David Cronenberg, que sin mucho esfuerzo consigue lo que mejor sabe hacer: acojonar al personal y revolverle las tripas.
Hasta podríamos decir con cierto desdén que es la típica película de David Cronenberg, entendiendo como típica una buena película con una buena historia y con unos personajes sólidos como la roca (una de verdad, no Dwayne Johnson).
El psiquiatra Hal Raglen inventa una terapia especial para tratar psicópatas que consiste en la somatización de los trastornos mentales del enfermo. Cuando somete a una mujer a este proceso de curación, contra lo previsto, se desata la furia de la paciente.
Sinopsis de Cromosoma 3
A estos «enfermos» los llama psicoplasmáticos, y se resumen mucho en conseguir que se provoquen ronchas y heridas en lugar de dejar salir «su yo interior». A margen de la base científica del asunto, es un tema interesante para una película de terror.
En Cromosoma 3 la hija del protagonista vuelve con unas marcas en el cuerpo después de unas visitas a su madre en el psiquiátrico donde reside. El padre impide que la madre vuelva a ver a la niña, pensando que había sido ella quien se las había provocado.
Durante la película se van sucediendo una serie de asesinatos provocados por unos «niños raros» rubios enfundados en chaquetas rojas. La autopsia de uno revela una serie de detalles escalofriantes, entre los que destacamos que no tienen ombligo y que tienen una esperanza de vida limitada al combustible que portan en una mochila carnosa entre los omóplatos.
Llegando al final de la cinta, descubrimos que estos mutantes son hijos de Nola, la madre interna en el psiquiátrico, pero no son hijos biológicos al uso. La psicoplasmosis provoca que las personas afectadas por X enfermedades mentales, las revelen en su cuerpo y no en sociedad. En el caso de la madre, la psicoplasmosis son embarazos extra-corporales. Si un embarazo real lo tenemos con un enlace genético, aquí lo tenemos enlazando odio y dolor, a lo que tenemos que añadir un extra de represión como líquido amniótico.
Al final no sólo tenemos un bichoño, sino que tenemos una buena manada de pequeños hijosdeputa que sólo desean matar y matar. Y lo hacen.
Estos angelitos son los protagonistas principales de este PELICULÓN, mayúsculo… Nada de ñoñerías como La noche de los muertos vivientes (1968)… los zombies ya están muy vistos… el verdadero terror está en los niños… ¿qué acojona más que un niño cabrón? pues es simple, muchos niños cabrones, y encima feos.
Las películas de terror que involucran a críos en sus historias siempre tienen un punto psicológico bastante jodido y que siempre se nos hace un poco difícil de digerir… El pueblo de los malditos (1960), El resplandor (1980), o la española ¿Quién puede matar a un niño? (1976), son algunos de los ejemplos de películas que tienen niños de por medio, y esto siempre nos hace pasar un mal rato.
Independientemente de que los niños sean unos hijosdelagrandísimaputa o sean más caníbales que el Doctor Lecter, siempre que hay niños en una peli de terror… tragamos saliva. Nos pasa igual que con el maltrato animal… o acaso no sufrimos con el perrete de Soy Leyenda (2007)?
En esta cinta tenemos lo dicho, niños cabrones (y mucho, y muchos), y otros que los sufren.
Cromosoma 3 es una muestra de la radicalidad a la que podía llegar Cronenberg en sus momentos, sin perder el buen oficio de director, creando esta fantástica película que no sólo deberíamos meter dentro del saco del Terror o Terror psicológico, si no que alberga mucha filosofía sobre la vida en sí misma.
Tuve una larga y amorosa escena de Samanta lamiendo el feto… cuando los censores, esos animales, la sacaron, el resultado fue que mucha gente pensó que ella se estaba comiendo a su bebé. Eso es mucho peor de lo que yo estaba sugiriendo.
La película, la historia y escenas como la descrita son fruto de una mente enferma, podrida y carente de todo tipo de sentimiento amoroso… fruto de la mente de un genio que no se anda con medias tintas ni equidistancias. O lo adoras, o lo odias. O te encanta o te repugna.
Si te estrenas con Cronenberg con Cromosoma 3, quizá no quieras ver absolutamente nada más de este director. Quizá sea mejor que empieces por La Mosca (1986), de ahí saltes a Scanners (1981), Videodrome (1983) y en ese punto ya estarás vacunado para ver Cromosoma 3.
Cromosoma 3 no es para todos los públicos, pero es muy recomendable… y la banda sonora (obra de Howard Shore) es maravillosa.
Aunque hoy en día consideremos Cromosoma 3 como uno de los pilares del terror, en su momento la crítica la menospreció sobremanera, como a la mayoría de películas de terror diferentes al estándar.
Una película que recomiendo encarecidamente, pero no para poner de compañía con colegas… ésta es de las que hay que ver y disfrutar, y luego, debatir sobre ella con una copa de vino y un monóculo.
Más adelante vinieron Scanners (1981), Videodrome (1983), La zona muerta (1983), La mosca (1986), Inseparables (1988) y El almuerzo desnudo (1991). Estas películas podrían conforman la filmografía imprescindible del director.