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Cazafantasmas (2016), cóctel de risas

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Este fin de semana disfrutamos de sesión de cine en familia en el ectoplásmico Cine Teatro Salesianos de Vigo, nuestra sala favorita en la ciudad, buena, bonita y barata, que ha puesto en pantalla esta nueva versión de un clásico imperecedero de los 80 (ja… ja… ja…)

Cazafantasmas es una película que se suma a esa estúpida moda de, no ya criticar, sino directamente crucificar y hundir en el fango a algo que ni siquiera se ha visto ni se conoce, en base a unas presuntas habilidades precognitivas que hacen que estos generadores de odio no se contenten con difundir sus infundadas «opiniones» sino que, además, tienen que predicar machaconamente y convencer al resto de la humanidad de su verdad indiscutible.

El decano Thomas Shanks del Instituto Kenneth P. Higgins tiene un mensaje para vosotros.

Porque, le pese a quien le pese, Cazafantasmas es extremadamente dinámica, divertida y entretenida. Con unos personajes interesantes y bien construidos y con un encadenamiento de situaciones bastante ágil que da un ritmo trepidante a sus casi 2 horas de duración.

Tener a Mr. Pataky haciendo de rubia tonta es un metahumor sutil de proporciones tan cósmicas que amenaza con provocar el colapso de la realidad.

Y no voy a decir nada de Andy García interpretando al alcalde de «Tiburón» XD

I ain’t afraid of no ghosts

Además de numerosos guiños y referencias a las dos pelis precedentes, tenemos estupendos cameos de Harold Ramis (en forma de busto de bronce), Bill Murray (de nuevo como un escéptico sobre el tema paranormal), Annie Potts, Dan Aykroyd (un taxista que «no tiene miedo de los fantasmas»), Ernie Hudson y Sigourney Weaver. Y, como extra final de créditos, una referencia a Zuul, el Guardián de las llaves de Gozer el Gozeriano.

Como puntos negativos debo decir que, más o menos hacia la mitad, hay una versión bastante horrible del clásico tema central, y que la historia podría haber sido, sin muchos cambios, un «30 años después, dos científicas seguidoras de las investigaciones de Ray Stantz y Egon Splenger…» lo que quizás le hubiera dado mayor empaque que el ser simplemente «un remake con tías» (sigh).

Para terminar sólo añadir que, siendo un gran fan de Bill Murray y Dan Aykroyd, me ha parecido que esta nueva versión iguala y supera en muchos puntos a cualquiera de las dos precedentes. Venga, ya pueden pasar los integristas a lapidarme.

Hasta los títulos créditos finales son una delicia.

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