Debo decir que, por más que lo quieran disfrazar de irreverencia, transgresión o incorrección política, no soy muy fan del humor escatológico simplón, ése que tuvo su auge en los 90 gracias a las películas de los hermanos Farrelly y a su inevitable legión de imitadores. Quizás por ello no soy parte del público objetivo hacia el que está orientado este film.

Así, tenemos una serie de fragmentos de historias, unidos por un tenue hilo conductor central. Algunos de los scketchs podrás disfrutarlos más que otros, algunos te harán gracia y otros te parecerán insufribles. En esencia, están todos construidos en torno a un único chiste que se repite hasta la saciedad y desde todos los ángulos posibles. En unos casos funciona y en otros se hace tedioso. En general, sobra mucha escatología y le falta acidez y mala baba para ir más allá de la simple anécdota presentada. Seguramente, cada espectador tendrá su parte favorita y no tendrá que coincidir con la de otro. La comedia (incluso la mala comedia) es así.

Sin duda, lo más destacable es ver a ese elenco de actores encumbrados haciendo breves y disparatadas interpretaciones en situaciones de locura y alejadas de su registro habitual.

El trailer mola mucho más que la peli. Algo que tampoco deja de ser habitual…

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