Sinopsis de «Las mujeres vikingo y la serpiente del mar»

En un lugar indeterminado de la costa escandinava, un grupo de mujeres vikingas decide ir en busca de sus compañeros, que no han regresado de la última expedición y llevan tres años desaparecidos. Durante el viaje, se ven atrapadas en un remolino que las envía junto a una horrorosa serpiente marina y destruye el barco. Las supervivientes se dirigen a una isla, la tierra de los Grimolts, un pueblo que esclaviza a todos los desafortunados que llegan a su territorio, a quienes obligan a trabajar en las minas.

Mitología nórdica de saldo

Las mujeres vikingo y la serpiente del mar es una de esas pelis que uno ve seducido por una mezcla de curiosidad y morbo, atraído por un combo de título, carátula y sinopsis con un grado de delirio tirando a lisérgico. Si además se une a la ecuación la dirección de Roger Corman, seguro que no vamos a asistir a una producción de cinco estrellas de calidad, pero sí que va a ser sumamente disfrutable y distraída. Y en ese sentido, no defrauda.

Roger Corman ha tenido una larga (y próspera) carrera tanto en dirección como en producción en la que ha demostrado una capacidad extraordinaria para exprimir hasta el último céntimo de los misérrimos presupuestos que conseguía para hacer una película (a veces sacando hasta dos y tres cintas reutilizando escenarios y grabaciones), a las que encima les sacaba rendimiento comercial. Esta no es una excepción.

Aventuras, acción, fantástico y horror de Serie B. Viajes por mar, combates con espada, peleas con animales salvajes, un monstruo marino y anacronismos a puñados. Una historia simple y lineal, con algo de comicidad relativa a la inversión de estereotipos sexuales y con unos villanos tan extremadamente patéticos, ridículos e inútiles que uno de puede dejar de preguntarse cómo consiguieron montar un chiringuito tan complejo durante tanto tiempo.

El título original de la película es casi más largo que los escasos 60 minutos de metraje.