Sinopsis de «La colina de las amapolas»
Un grupo de adolescentes de Yokohama intentan salvar la Casa Club del instituto, un edificio antiguo que alberga las diferentes asociaciones y grupos de estudiantes y que corre peligro de ser demolido por la renovación de edificios con motivo de los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964.
No hay mañana para la gente que anhela el futuro y olvida el pasado
La colina de las amapolas es la película número 18 del Estudio Ghibli y la segunda dirigida por Goro Miyazaki, después de esa pequeña decepción que supuso para muchos Cuentos de Terramar.
Apartada de la ambientación fantástica de la mayor parte de películas del estudio, en esta ocasión nos encontramos con una historia costumbrista contextualizada en sucesos históricos (los Juegos Olímpicos, el uso de la marina mercante japonesa en la Guerra de Korea, la escalada de activismo y revueltas estudiantiles…). Aún más, la lucha de los estudiantes para mantener en pie la Casa Club simboliza el estado de su país, buscando modernizarse pero sin renunciar a su historia y sus tradiciones.
La historia central es un drama romántico adolescente entre dos jóvenes estudiantes que descubren parte de un secreto familiar según el cual podrían estar emparentados (pequeño SPOILER, selecciona el texto para poder leerlo). Quitando el embrollo culebronesco, la trama y el desarrollo de los personajes recuerda mucho a ciertas aspectos de Susurros del corazón.
Catalogado por muchos como «trabajo menor» dentro de la filmografía del Estudio Ghibli, en cualquier otra compañía sería una de sus obras maestras. Por cierto, que ya le habíamos dedicado una entrada hace un tiempo…
