De un tiempo a esta parte, estamos siendo invadidos por películas de Vampiros y Hombres-Lobo, juntos o separados, y atormentándonos con su supuesta eterna rivalidad ancestral…
La etimología folclórica también conecta la palabra -licantropía- a Licaón, rey de Arcadia, quién, de acuerdo al poema de Ovidio Metamorfosis, fue convertido en un lobo rabioso como respuesta al intento de servir carne humana, la de su propio hijo, en la visita de Zeus para refutar o desaprobar la divinidad del dios.
f. Wikipedia
Hubo un momento en el cine de terror, donde estos «seres» eran respetados, por ser verdaderos causantes de pánico, horror y cómo no, pesadillas. Poco a poco fueron evolucionando hasta ser lo que hoy en día son, meros reflejos payasales de lo que un día fueron.
En 1931 se dio un salto cualitativo en todos los aspectos, con el Drácula de Tod Browning interpretado por el siempre genial Béla Lugosi. La dirección de uno y la interpretación del otro provocaron lo que hoy conocemos como «una de las mejores películas del cine», no sólo de terror.
Mejor era la dirección, sin duda, en la homónima de George Melford, conocida como «el Drácula español», por el hispano elenco de actores que protagonizaban la película. Utilizó planos mucho mejor que Browning, travellings, enfoques, todo era mejor… salvo los actores y sus paupérrimas interpretaciones salidas de teatrillos de calle.
Sin embargo no sería hasta 10 años después de Drácula, 1941, que nacería el Hombre-Lobo clásico que hoy conocemos. Dirigida por George Waggner y protagonizada por Lon Chaney Jr, entre otros (otros como Béla Lugosi). Ésta cinta fue la única película de terror remarcable de la década de los 40.
Dicen en la wikipedia que En lo relativo a detalles técnicos, para la creación del «hombre lobo», el maquillista Jack Pierce pasó cinco años investigando modelos de la bestia, y cinco meses para encontrar la mejor combinación de cabello, color y caucho a ser utilizados.
Parece que este maquillador no sabía que la película sería en Blanco y Negro… Si hubiera puesto los pelos de color fucsia, nadie se hubiera enterado jamás, y sería una divertida anécdota hoy en día.
Los años 70 tuvieron un auge en cuanto al cine de terror se refiere, gracias a la Hammer y toda su producción. No dejaron monstruo sin tocar, y todas ellas obras maestras… lógicamente unas más que otras, pero todas grandes películas; muchas de ellas protagonizadas por Christopher Lee. Creo que este hombre ha sido «todos» los malos de la historia del cine… hasta estoy casi seguro que debajo del casco de Vader estaba él…
Respecto a los Hombres-Lobo, en 1981 se estrenaron 2 películas mostrándonos al peludo monstruo: An American Werewolf in London (Hombre Lobo Americano en Londres), dirigida por John Landis, y The Howling (conocida en España como Aullidos) dirigida por Joe Dante. Ambas fueron influyentes tanto en el uso de los efectos especiales como en la revitalización del mito. Tengo que apuntar que en Aullidos, se abusa de la transformación hasta un punto que aburre…
Era la época de orientar el terror a los potenciales consumidores del género: los adolescentes, y vampiros, hombres lobo y demás bichoños fueron la carnaza ideal para abrirnos el apetito y vendernos después el «muñeco».
Pero creo que el verdadero punto de inflexión en esta trama de las productoras de cine para vendernos «muñecos», llegó en 2002, con la adaptación al cine de la novela de Anne Rice «La reina de los condenados», tercer libro de las Crónicas Vampíricas de la autora (de la primera parte, Entrevista con el vampiro, también se hizo una película, donde descubrimos que los vampiros también pueden ser maricas y pueden chupar otras cosas además de sangre).
En esta película, hordas de adolescendes veneran a un vampiro, sin saberlo, pensando que es HIM un cantante gótico de moda… atormentado cual Emo y llorón cual… esto… llorica.
Inmediatamente llegaron películas como Underworld, Blade, y sus sucesivas e innecesarias continuaciones. Mencionaré también a Van Helsing (la película, no el carismático personaje que para mí morirá con la cara de Peter Cushing sujetando 2 candelabros en cruz), por mencionarlo, porque la verdad, es una película bastante pobre en todos los aspectos, aunque por lo menos es lo suficientemente entretenida para pasar una tarde de domingo.
Pero hoy en día estoy un poco hasta las pelotas… y la culpa la tienen Robert Pattinson y su p*** madre.
Nos rodean sus cojines, camisetas, bolsos, bolsas, pines, gafas, gorras… joder, faltan las «Compresas Crepúsculo, chupan más sangre que las normales», con la cara del Pattinson en los chuminos de todas las féminas en edad de procrear.
Los vampiros ya no asustan, los hombres lobo ya no acojonan… ahora los metemos en nuestras camas, apoyamos nuestras cabezas en sus perfectos torsos desnudos y depilados las suyas y soñamos con romances imposibles…
Y UN COJÓN!
Yo quiero asustarme como de pequeño… quiero imágenes de vampiro románticas, pero no culebrones infumables… quiero Hombres-Lobo que acojonen, y no cachitas pseudo-guaperas recién depilados con ganas de hincarle el diente a cualquier gachí que pase por delante.
Todo son películas para nenas lloricas y nenos pajilleros que creen que por estar más blancos que la leche y escuchar HIM a todo trapo en sus iPod de color negro con pegatinas de Life sucks ya son personas interesantes y que el resto de personas pensaremos: «Oh, pobrecillos… míralos cómo sufren en un mundo donde nadie los comprende…»; mecagondios, un pico y una pala les daba yo a tod@s y a la mina a trabajar.
Yo también fui adolescente y sufrí mis cosillas, pero no era tan gilipollas y emo-céntrico como los niñatos y niñatas de ahora. Es que sus problemas son más que los míos eran? Es que son más especiales que yo? (en cierto aspecto tengo que responder que sí…).
Qué nos queda? qué nos depara el futuro bichoñil?
Por favor, quiero ver películas normales, no estar rodeado de culebrones de muy poco valor artístico. Ya va siendo hora de hacer cine de calidad y vendernos buenas películas, no vendernos los muñecos de la película. O es que los que vieron por primera vez a Béla Lugosi o Lon Chaney Jr. al salir de la sala dijeron: <flema inglesa> Oh mira, compremos el peluche del Conde Drácula, que está muy sexy marcando abdominales…</flema inglesa>.
Me gusta el cine de terror, me gusta sufrir con la historia que me están contando… no sufrir con la película en sí…
Cuando se estrenó el año pasado la última película del Hombre Lobo, con Benicio del Toro, y se anunció como «la versión más fiel a la original», respiré tranquilo, y me dije: Bueno, una isla de solomillos en un mar de estiércol… hasta que vi el trailer… La verdad, no recuerdo ver a Lon Chaney saltar por encima de carruajes cual gacela perseguida por una tropa de guepardos… pero bueno, el resto de la película sí será más fiel a la original (salvando los pequeños errores históricos de los que ya nos hemos hecho eco en este blog, y en medio mundo).
En fin, espero que dentro de poco se muera todo el reparto de termine la saga del Sr. Pattinson y nos deje respirar tranquilos a los que aún pretendemos entretenernos viendo mordiscos de verdad y sangre por doquier.
Suerte.