Si no tenemos en cuenta el doblaje horrible al que nos someten durante los 90 minutos que dura la película, la disfrutaremos. 

Mucho más la disfrutaremos si, como yo, os gusta el terror de los 80 y 90 con esos tintes gore, y predecibles que provocan tanta grima como amor. Sin ser una precursora ni pionera en nada, consigue completar un producto fresco cual lechuga de la huerta o como bañarse en pelotas en pleno diciembre en la costa del Cantábrico.

Todo lo que nos muestra Tú eres el siguiente ya lo hemos visto en mil y una películas anteriores: El principio de la película es 100% Scream, sin ir más lejos, y a partir de ahí, mezcla de Scream con sus muertes enfiladas (de ahí el título), parte de slasher, una pizca de splatter (en un momento genialmente violento, o violentamente genial), alguna licencia de Michael Haneke (la comparación con Funny Games es a veces inevitable).

Para completar el mix, la música repetitiva (sin cansar) y monotonal nos recuerda mucho al rollo Carpenter, y consigue desquiciarnos (con lo que vemos) más aún.

De modo que, sin entrar en ningún spoiler (y aunque lo hiciera, tampoco lo estaría haciendo, porque ya lo habrías visto en otra película), os la recomiendo encarecidamente. 90 minutos muy guays con una protagonista muy guay -menuda caña mete la tía-.