Críticos vs Opinadores

«(…) Desde estas líneas y en cada una de mis críticas, siempre he defendido la soberanía del espectador cinematográfico interesado simplemente por evadirse y escapar de su bucle de realidad a través del cine. Siempre he mirado con desprecio a quienes abusando de púlpito se prodigan en repartir etiquetas de «público listo» o «público tonto», mirando a sus potenciales lectores por encima del hombro. Respeto a quienes gozan viendo una película de evasión pura y dura porque yo soy uno de ellos. Y respeto a quienes disfrutan viendo cine que es arte emocionante, intelectualmente nutritivo y visceralmente apasionante en todos y cada uno de esos fotogramas que navegan lejos de los puertos del cine comercial, porque yo también soy uno de ellos. No pongo en duda aquello que lleva a alguien hasta un cine, ya sea para ver Fast and Furious o para ver Persona de Ingmar Bergman. Odio toda forma y planteamiento de exclusión como me repugna toda pedantería o prepotencia frente al prójimo, venga de donde venga, ya sea desde la excelencia supuestamente intelectual (mal ejercicio intelectual hace quien automáticamente se pone por encima de su prójimo en cualquier aspecto) o desde el rechazo sistemático del individuo desdibujado en apéndice de la masa balbuceante pero no necesariamente pensante a todo aquello que no alcanza a comprender y por tanto le resulta imposible disfrutar. Y me parece todo ello tan execrable como atacar y denostar bajo acusaciones varias a todo aquel que no piensa lo mismo que tú, en lugar de abrirte a un debate de cuyo intercambio de ideas podría salir quizá una mejor comprensión para todos de qué demonios estamos haciendo en esta cosa que llamamos vida. No dudo por otra parte que en la raíz de todo ello se encuentra el miedo, el motor por el que nos movemos en todos y cada uno de nuestros pasos por este mundo. Eliminad el miedo y habréis roto con todo aquello que nos limita. (…)»

Miguel Juan Payán, Acción nº1805

Asesinos Cibernéticos [1995], o mi particular oda a la ciencia ficción

screamers

Año 2078. En el planeta Sirius 6B, asolado por un largo período de guerra por los enfrentamientos en la extracción de Berinium, los científicos han creado los screamer, unas máquinas con dispositivos especiales para abatir y destruir al enemigo. Pero los screamer han evolucionado por sí solos y ahora eliminan toda forma de vida.

Cuando Peter Weller («Robocop»  [1987], «El Almuerzo Desnudo» [1991]) protagoniza una obra fantástica o de ciencia ficción, su visionado se hace obligatorio.

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«Four Lions» [2010] – Una pequeña decepción…

Me disponía a pasar un muy buen rato con una prometedora comedia «soez» sobre cuatro zopencos terroristas afincados en UK… se habla muy bien de ella, parece que a la gente le gusta y no deja de tener un punto de encanto… a mí, particularmente, me ha dejado a medias.

Omar, un musulmán radical de nacionalidad inglesa, ha creado una célula terrorista de la que forman parte su hermano Waj, un muchacho muy simple, Barry, un extremista que odia a los blancos, y Fessal, un aprensivo fabricante de bombas. Mientras que Omar y Waj están en Pakistán en un campo de entrenamiento mujaidín, Barry recluta a Hassan, un aspirante a rapero. Cuando Omar regresa a Gran Bretaña, trae consigo un plan: un ataque suicida con bomba contra un objetivo occidental insólito. 

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Uwe Boll’s «Darfur» [2009] – Ahora hace cine documental…

Una de las películas más desconocidas de Uwe es también una de las mejores. Siguiendo la tónica de sus últimos años, la realización es más digna de un director de cine con tantos años (y bodrios) a sus espaldas y la historia se desarrolla adecuadamente.

Periodistas estadounidenses en Sudán se enfrentan a la disyuntiva de volver a casa para informar sobre las atrocidades que han visto, o para quedarse y ayudar a algunas de las víctimas que han encontrado.

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Uwe Boll’s «Alone in the Dark» [2005]

Y seguimos nuestro ciclo sobre el «peor director de cine después de Ed Wood», y lo hacemos a lo grande.

¡Qué interpretaciones!, ¡qué ritmo!, ¡qué tensión!… Ah! Que es el juego. Así sí.

De niño, Edward Carnby tuvo una prueba irrefutable de que existe un mundo más allá del nuestro. Ahora, veinte años después, Edward es un investigador de efectos paranormales. Ahora, el gran misterio del pasado de Edward está a punto de convertirse en el caso más peligroso al que se ha enfrentado jamás. Han desaparecido diecinueve personas, y comparten una sola cosa en común – todos han crecido en el mismo orfanato que Edward. Tratando de encontrar alguna respuesta, Edward descubre que se halló un antiguo artefacto de bastante energía de un remoto naufragio. En medio del creciente peligro, recurre a Aline Cedrac, una brillante antropóloga quien también es una antigua novia suya -y la única persona de la que realmente se fía. En un mundo de viejos demonios, civilizaciones perdidas, conspiraciones oscuras de gobierno, y de amenazas de muerte paranormales, Edward y Aline se alían para enfrentarse al enemigo supranatural diferente a todo lo que han visto hasta ahora un ser cuya propia existencia podría amenazar la humanidad entera.

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