Sinopsis de «Supernova»
El Conde Nado está obsesionado con Fénix, famosa cantante pops. Para acceder a sus favores, secuestra a la científica Avelina y la obliga a fabricar una réplica de la cantante, creando a Supernova.
Marta Sánchez x 2 = 4
Si Supernova es lo mejor que le ofrecieron a Marta Sánchez cuando se le antojó entrar en el mundillo de la interpretación, es normal que haya decidido no volver a probar suerte. Una historia que, quitando un par de detalles picantones (y bastante vergonzosos), podría pasar por uno de esos clásicos del cine patrio protagonizados por grupos de mozalbetes que entonaban gorgoritos como Parchís, Regaliz o EnriqueyAna. Eso sí, le faltan canciones… y le sobra banda sonora.
Un cúmulo de situaciones absurdas y sin sentido, actuaciones exageradas, personajes vacíos, una ambientación inexistente y una narración caótica y sin rumbo componen un delirio sicotrópico completamente absurdo y aburrido.
Marta Sanchez y Neus Asensi aparecen casi toda la peli en ropa interior o con trajes ajustados de diseños imposibles; Javier Gurruchaga se dedica a hacer el chorras con su Conde Nado (ja ja ja) que secuestra a la cantante Fénix, pero sus pretensiones no son de sexo, amor o compañía, sino el tener un hijo con ella (¿?); Gabino Diego, que había empezado su carrera con algún que otro papel interesante, empieza a encasillarse en su personaje de memo rarito y entrañable; y Chus Lampreave hace lo mismo que siempre, con una capacidad de actuación monocorde del todo independiente del personaje que esté interpretando.
La escena delirante: Marta y Neus se están duchando y van a probar un nuevo champú japonés con propiedades fosforescentes. En ese momento se produce un apagón, ambas dos salen de la ducha y sólo vemos en pantalla su pelo luminoso en la oscuridad; entonces descubrimos que, mientras Neus ostenta un tupido felpudo, Marta es más fan del depilado total 😶 Escena que, por cierto, recuerda muy mucho a los condones fluorescentes de Una cana al aire (1989) de Blake Edwards.