A la avanzada edad de treinta y un años (*Superman apareció por primera vez en Action Comics, Junio 1938*), Kal-El (alias Superman, alias Clark Kent) es aún soltero. Casi seguramente todavía es virgen. Esto es algo serio. ¡La especie misma está en peligro!
Un Superman soltero es un Superman manejable. Así, se ha alegado que aquellos que narran las aventuras del Hombre de Acero son responsables de esta condición. Pero no se puede culpar a los caricaturistas.
Tampoco es que Superman esté incapacitado por problemas psicológicos.
Se entiende que el pobre zoquete no esté completamente cuerdo. ¿Cómo podría estarlo? Es un huérfano, un refugiado y un alienígena. Su tierra natal no existe en ninguna forma, salvo por gigatones y gigatones de peligrosas y graciosas rocas de colorines.
En su infancia y primera juventud, Kal-El debe haberla pasado muy duro buscando una figura paterna adecuada. ¿Qué humano hubiese podido controlar su conducta antisocial? ¿Qué humano hubiese osado tratar de castigarlo? Su conducta, altamente social durante este periodo, indica una inhumana auto-represión.
¿Hubiera sido extraño si Superman gradualmente se dirigiera hacia la esquizofrenia? Dividido entre sus identidades humana y kryptoniana, él eligió ambas, manteniendo sus fraccionadas personalidades rígidamente separadas. La defensa de su «identidad secreta» es una evidente desesperación psicótica.
Pero los problemas es de Superman son estrictamente fisiológicos y bastante reales.
El propósito de este artículo es indicar algunas de las desventajas médicas de ser un kryptoniano entre seres humanos, y sugerir posibles soluciones. El humanoide kryptoniano no debe seguir el camino del pterodáctilo y el pájaro dodo.
I
¿Qué excita a un kryptoniano?
Superman es un alienígena, un extraterrestre. Su fachada humanoide es indudablemente el resultado de evolución paralela, de la misma manera en que los marsupiales de Australia se parecen a sus contrapartes mamíferas. Un nicho específico en la ecología requiere de cierta forma, cierto tamaño, ciertas capacidades, ciertos hábitos alimenticios.
Que no nos engañen las apariencias. Superman no es pariente del homo sapiens.
¿Qué despierta a los impulsos de apareamiento de Kal-El? ¿Tenían las mujeres kryptonianas alguna sutil señal de su predisposición a él en apropiadas épocas del año? Sea lo que sea, Lois Lane probablemente no lo tenía. Podemos especular que ella huele inadecuadamente, menos como una mujer kryptoniana que como un mono terrestre. Un apareamiento entre Superman y Lois Lane se sentiría como sodomía -y lo sería, claro, para la iglesia y la ley común-.
II
Asumamos un apareamiento entre Superman y una mujer humana, designada LL por conveniencia.
O Superman se volvió completamente loco y se ve a sí mismo como Clark Kent; o sabe lo que está haciendo, pero ya no le importa un pepino. Treinta y un años es mucho tiempo. Para Superman incluso ha sido más. Tiene visión de rayos X; sabe de qué se está perdiendo. (*Uno no debería ver a Superman como un santo. Una habilidad biológica debe ser usada. Mientras era un niño, Superman puede nunca haber sabido que las cosas tenían superficies, hasta que aprendió a suprimir su visión de rayos X. Si millones de personas tendían desvergonzadamente a vestir ropas sin plomo en el tejido, difícilmente es culpa de Superman.*)
El problema es éste. Electroencefalogramas tomados de hombres y mujeres durante el o muestran que el sexo se asemeja a «una especie de placentero ataque epiléptico». Uno pierde control sobre sus músculos.
Superman es conocido por dejar sus huellas digitales en asfalto reforzado, accidentalmente. ¿Qué le haría a la mujer que esté en sus brazos durante lo que equivale a una convulsión epiléptica?
III
Consideren el impulsante forcejeo entre un hombre y una mujer, el monomaníaco apremio de lograr más y más penetración. Recuerden también que estamos tratando con músculos kryptonianos.
Superman literalmente aplastaría el cuerpo de LL en sus brazos, simultáneamente desgarrándola desde el pubis hasta el esternón, destripándola como una trucha.
IV
La eyaculación del semen es enteramente involuntaria en el varón humano y en todas las otras formas de vida terrestre. Sería ilógico asumir algo diferente para los kryptonianos. Pero con músculos kryptonianos detrás suyo, el semen de Kal-El surgiría con la asombrosa velocidad de una bala de ametralladora. (*Uno puede imaginar que el hogar de los Kent en Smallville estaba lleno de hoyos durante la pubertad de Superboy. ¿Y por qué Lana Lang nunca lo notó?*).
En vista de lo anterior, el sexo normal es imposible entre LL y Superman.
La inseminación artificial podría darnos mejores resultados.
V
Primero debemos recolectar el semen. Los glóbulos surgirán a velocidades supersónicas. Superman primero debe eyacular, luego volar frenéticamente detrás del asunto para atraparlo en un tubo de ensayo. Asumamos que está en la luna, por privacidad y para prevenir que el semen estalle convertido en vapor al golpear el aire a esas velocidades.
Él puede atrapar el semen, claro, antes que se evapore en el vacío. Es más rápido que una bala.
¿Pero puede conservarlo?
Todas las formas conocidas de vida kryptoniana tienen superpoderes. Lo mismo debería aplicarse al espermatozoide kryptoniano vivo. Podríamos asumir razonablemente que los espermatozoides kryptonianos son vulnerables sólo a la inanición y a la kryptonita verde; que pueden viajar con la misma facilidad a través del agua, aire, vacío, vidrio, ladrillo, acero hirviente, acero sólido, helio líquido o el núcleo de una estrella; y que pueden alcanzar velocidades translumínicas
¿Qué clase de tubo de ensayo retendrá a tales engendros?
Los espermatozoides kryptonianos y sus inusitados poderes nos darán más problemas. Por el momento asumiremos (porque debemos hacerlo) que tienden a permanecer en el fluido seminal, el cual a su vez tiende a permanecer en un simple tubo de vidrio. Así, Superman y LL pueden intentar inseminación artificial.
Al fin habrá una nueva generación de kryptonianos.
¿O no?
VI
Un maduro pero no fertilizado óvulo deja el ovario de LL, inicia su viaje cayendo por las trompas de Falopio.
Algún tiempo después, decenas de millones de espermatozoides, liberados del tubo de ensayo, inician su viaje subiendo por las trompas de Falopio de LL.
El mágico momento se acerca…
¿Puede el humano procrearse con el kryptoniano? ¿Tenemos siquiera el mismo código genético? A la luz de esto, LL podría procrearse más fácilmente con el diente de un maíz que con Kal-El. Pero las coincidencias ocurren. Si los genes concuerdan…
Un espermatozoide llega antes que los otros. Penetra el óvulo, forma una capa en su superficie, las paredes de la célula se espesan para prevenir que otro espermatozoide entre. Dentro del ahora fertilizado óvulo, comienzan los cambios…
Y diez millones de espermatozoides kryptonianos llegan ligeramente tarde.
Para un espermatozoide humano, hubiera sido mala suerte. Pero estas pequeñas cositas ciegas son más poderosas que una locomotora. Una pared celular espesa no los detendrá. Todos ellos entrarán al óvulo arrasándolo enteramente en una microscópica violación de tintes orgiásticamente masivos. Hasta aquí llegamos con la inseminación artificial.
Pero los problemas de LL sólo están empezando.
VII
Dentro de su cuerpo hay aún decenas de millones de frustrados espermatozoides kryptonianos. El único óvulo está ahora muy difuso como para ser un objetivo. Los espermatozoides se dispersan.
Se dispersan sin preocuparse de qué hay en su camino. Dejan curvos canales, microscópicamente pequeños. Ahora todos habrán hallado el camino hacia el aire libre.
Eso deja a LL con muchos millones de microscópicas perforaciones, todas profundizándose en su abdomen. Muchos de los canales intersectarán una o más curvas del intestino.
Una peritonitis es inevitable. LL enferma desesperanzadamente.
Mientras tanto, docenas de millones de espermatozoides vuelan en enjambres sobre el cielo de Metropolis.
VIII
Esto es más serio de lo que parece.
Consideren: estos espermatozoides son virtualmente indestructibles. Al cabo de días o semanas morirán por falta de nutrición. Mientras tanto, no pueden ser afectados ni por calor, frío, vacío, toxinas ni nada aparte de la kryptonita verde. (*Y otras formas de kryptonita. Por ejemplo, hay pedazos de kryptonita roja que hacen kryptonianos gigantes. Imaginen decenas de millones de espermatozoides del tamaño de un gusano hormigueando sobre una playa de Metropolis, buceando para fertilizar la pelotas de playa… pero estoy divagando.*). Ahí están, minúsculos pero peligrosos, pues cada uno tiene superpoderes.
Metropolis es sacudida por pequeños booms sónicos. Carbonizadas por un calor meteórico, todas las cosas se agusanan mágicamente: vasos de plata, equipos de albañil, antiguas cerámicas, transformadores eléctricos, maderas, mascotas y ciudadanos. Algún espermatozoide romperá la barrera de la velocidad de la luz. Las noches de Metropolis se iluminarán con una red de estrechas, misteriosas líneas azules de radiación cherenkoviana.
Y mujeres a quienes Superman nunca había visto se encuentran en una delicada condición.
Consideren: LL no fue embarazada porque habían muchas de estas insensatas bestias ciegas. Pero cuando un espermatozoide, durante su pavoroso vuelo, se acerque a un óvulo no fertilizado, atacará.
¿Qué tan cerca es suficientemente cerca? ¿Unos centímetros? ¿Son los espermatozoides atraídos por señales químicas? Parece posible. Metropolis tiene una población de millones; y el espermatozoide kryptoniano podría viajar un largo y tortuoso trayecto, miles de millones de millas, antes de rendirse y morir.
Varios miles de dulces embarazos no parecen inverosímiles. (*Si el púber Superboy usa sus manos, tenemos el mismo problema en Smallville.*)
Resultado: miles y miles de demandas. Tampoco es que Superman no pueda pagarlas. Allí está ese truco donde presionas un pedazo de carbón para convertirlo en su forma alotrópica de diamante…
IX
El análisis hecho nos da parte de la respuesta. En nuestro experimento de la inseminación artificial, debemos usar un solo espermatozoide. Esto no presenta dificultades. Superman puede usar su visión microscópica y un par de pequeñas pinzas para sacar a uno del enjambre.
X
En su impaciencia, el único espermatozoide puede estrellarse contra el abdomen de LL a velocidades ultrasónicas, haciendo estragos. ¿Hay alguna manera de detenerlo?
La hay. Podemos exponerlo a la kryptonita dorada.
La kryptonita dorada, recordemos, le roba a un kryptoniano de todos sus poderes supranormales, permanentemente. Si expusiéramos al mismo Superman a la kryptonita dorada, resolveríamos todos sus problemas es, pero sería Clark Kent para siempre. Podemos considerar a esta solución algo drástica.
Pero podemos exponer el tubo de ensayo con el fluido seminal a la kryptonita dorada y luego usar las técnicas estándar para la inseminación artificial.
Por cualquiera de estos métodos podemos embarazar a LL sin matarla. ¿Ya salimos del problema?
XI
Aunque expuesto a la kryptonita dorada, el espermatozoide aún lleva genes kryptonianos. Si son recesivos, entonces LL lleva un feto humano. No habrán más Superhombres; pero al menos no necesitamos preocuparnos por la salud de la madre.
Pero si algunos o todos los genes kryptonianos son dominantes…
¿Puede el infante usar su visión de rayos X antes de nacer? Después de todo, con tal poder, probablemente pueda ver a través de sus ojos cerrados. Eso dejaría a LL estéril. Si el niño empieza a usar su visión calorífica, las cosas se ponen peor.
Pero cuando empiece a patear, todo habrá terminado. Pateará hasta salir al aire libre, matándose sí mismo y a su madre.
XII
¿Hay alguna solución?
Hay muchas. Cada una con desventajas.
Podemos hacer que LL lleve un cinturón de kryptonita (*Para nuestros propósitos, todas las formas de kryptonita están disponibles en cantidades ilimitadas. Se estima, dado el sorprendente tonelaje de la kryptonita caída a la Tierra desde la explosión de Krypton, que el planeta debe haber excedido a nuestro sistema solar entero. Indudablemente, el «planeta» Krypton fue una estrella negra enana enfriándose, una de un sistema binario, con una gigante roja como el otro miembro.*). Pero muy poca kryptonita puede permitir que el niño la dañe, mientras que demasiada puede dañar o matar al niño. ¡Cantidades intermedias pueden hacer las dos cosas! Y no hay una manera segura de experimentar.
Una mejor solución es encontrar una madre anfitrión.
Una mejor solución podría ser el implantar el feto en el mismo Superman. Hay lugares en el abdomen del hombre de donde un feto podría sacar una nutrición adecuada, creciendo como un parásito y donde no causaría mayores daños a los órganos circundantes. Probablemente Clark Kent podría tomarse un período de ausencia más fácilmente que el colegial alter ego de Supergirl.
Cuando llegue el momento, el niño sería sacado por medio de cesárea. Tendría que ser sacado prematuramente, pero no habría ningún problema con las incubadoras mientras sea debidamente alimentado. Dejo el problema de cortar a través de la invulnerable piel de Superman como un ejercicio para el lector atento.
La mente se sobrecoge ante la imagen de un Superman embarazado navegando los cielos de Metropolis. Batman se rehusaría a ser visto en su compañía… extraños nuevos chistes circularían la prisión… y la estirpe de Krypton estaría a salvo por fin.
Extraído de All the Myriad Ways – Man of Steel, Woman of Kleenex © 1971 por Larry Niven