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Sex Tape. Algo pasa en la nube (2014), sexo, humor y grabaciones en vídeo…

Sex Tape - poster

Sinopsis

Jay y Annie están juntos desde que se conocieron en la universidad. Diez años y dos hijos después, su intensa vida sexual ha ido mermando y deciden reavivar la llama grabándose en vídeo mientras mantienen una maratoniana sesión sexual de tres horas. El problema es que el vídeo se acaba compartiendo con todas las tablets viejas de Jay, que ha ido regalando a amigos y conocidos cada vez que compraba una nueva…

Agitar antes de usar

Sex Tape es una comedia tontorrona muy irregular que parte de un despiste bastante simple que se complica de forma absurda, igual que una bola de nieve lanzada sin freno cuesta abajo. La presentación de los personajes y el rodaje en sí del vídeo es bastante divertido. No es de carcajada a mandíbula batiente, pero sí tiene mucha complicidad, guiño-guiño, y te mantiene una sonrisa pícara de forma casi continua.

El rescate de los iPads prestados es bastante flojo. Consiste básicamente en visitar a los poseedores de los artefactos, pedírselos e ir a por el siguiente. Excepto en el caso del personaje interpretado por Rob Lowe al que le sueltan la típica trola ridícula para colarse en su casa y, mientras uno lo distrae, el otro la registra. Es una parte alargada, bastante plomiza y casi sin pizca de gracia. Paradójicamente, los detalles que podemos encontrar en la decoración de la casa de Rob Lowe son de lo mejor de la peli.

Después los protagonistas se dan cuenta (¡oh!) de que pueden borrar el archivo en origen y la sincronización hará que se borren en todos los dispositivos vinculados. Parece que ahí se acaba la historia, pero hay un pequeño giro sorpresa que desemboca en la fugaz aparición estelar de Jack Black interpretando a un sosias de Torbe XD Es un desenlace bastante majo que casi compensa el tedio previo. Casi.

El product placement de Apple es bastante intrusivo, y hasta agresivo en algunos momentos, rozando de forma obscena la frontera entre la promoción disimulada y el anuncio descarado.

Mariano Ozores y Fernando Esteso pueden estar orgullosos de su legado.

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