Decepción y aburrimiento. Así resumiría mi impresión de los primeros cinco capítulos de esta serie.
Después de un evento misterioso, toda forma de energía eléctrica ha dejado de funcionar. Quince años después, las ciudades están vacías, los gobiernos han caído y las milicias imponen su ley en cada territorio.
Más después del corte…
La premisa es interesante y el trailer de la serie ha sido uno de los más vistos, la historia no empieza mal pero se va desinflando. Realmente la serie se promocionaba como «una aventura dramática de ciencia ficción sobre la fuerza de la familia y las relaciones personales en un mundo devastado en el que sólo te queda la gente que te rodea», y en eso la verdad es que no defrauda… demasiado. Es como una versión postapocalíptica de «La Casa de la Pradera».
Se da demasiada importancia a unas relaciones entre personajes que son explicadas de forma bastante zafia y torpe, y desarrolla muy poco detalles relevantes respecto a la situación del nuevo mundo. Da la impresión de que lo más grave de quedarse sin electricidad es que todas las iMierdas dejan de funcionar; sigue habiendo medicinas y suministros. Las balas son un producto escaso, pero la estrategia de la «todopoderosa» milicia de Monroe para asaltar una base rebelde donde no saben cuánta gente hay ni cómo está de protegida, es disparar indiscriminadamente desde la distancia; y la táctica para enfrentarse a un francotirador que no falla ni de día ni de noche (en una completa semioscuridad) es ponerle soldaditos valientes a tiro hasta que gaste las balas. La gente también debería ser un bien escaso, uno se podría esperar una importante diezma de población después de un suceso como el que inicia la serie, pero aparentemente hay infraestructura suficiente para mantener un ejército que domina todo el noreste de los EEUU.
Los actores no destacan especialmente por nada de su trabajo, pero no sabría decir si es que directamente son malos o es que no hay mucho más que sacar de unos personajes poco carismáticos y planos, con unos diálogos simplones y tontorrones.
Los cliffhangers están muy mal aprovechados; termina un episodio y no hay mucho que te anime a volver la semana siguiente a ver el próximo. Las presuntas sorpresas en la trama son bastante poco sorprendentes xD No porque sean previsibles (que algunas no lo son) sino porque revelan cosas que importan un carajo (ah, que este es el presidente de la República, vale; ah, que este otro era el cofundador de la República, mira que bien; anda, que este otro no estaba muerto, pues genial oye…)
Con todo, la serie tiene buenos índices de audiencia, y la NBC ha dado el visto bueno a que se complete una temporada de 22 episodios, 9 más de los 13 previstos inicialmente para ver si picaba el público.